Créanme que lo intento.
Intento ponerme delante del teclado y dejar que mis dedos busquen una historia divertida que poder ofrecer a mi distinguida y puntito friki concurrencia. O un acertado y sentido discurso sobre universales valores ahora olvidados por la puta generación ni-ni-ni (el tercer "ni" lo añado yo y significa sin cerebro).
Pero no hay forma.
Igual es que como he dejado de fumar tengo la mala hostia recalcitrante, o recalcitrada, a flor de piel y me pongo hecho un basilisco por cualquier "quítame allá esas pajillas".
Pero va a ser que no es esa la única explicación.
Sospecho que como cada vez que abro el periódico no leo más que insensateces, gilipolleces, chuminadas, verborreas vomitivas e idioteces mayúsculas, tengo la bilis en los labios de pura sobre exposición a la estupidez humana.
Me explico un poquito.
Los sindicatos convocan manifestaciones para el día 11 de marzo + el fiscal general ordena investigar de nuevo los trenes del 11 de marzo de 2004...
Los primeros con la excusa de un homenaje a los trabajadores que en los trenes viajaban, el segundo con la siempre sectaria y nada imparcial excusa de "la búsqueda de la verdad"
¡Qué aburrimiento de país, coño!
Verán ustedes, yo siempre digo que soy un verso libre, pero es evidente que cojeo más de la pierna derecha que de la izquierda, sin embargo ante noticias como las de hoy uno reflexiona y concluye que la oligofrenia colectiva no distingue entre razas, sexos ni tendencias políticas.
Y aquí el personal pasando miserias.
Manda cojones.
P.D.
¿Consideran que exagero?