Convendría que el señor Mas y cuantos le respaldan o secundan repasaran lo siguiente:
Artículo 155 de la Constitución Española de 1978:
" 1. Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la
Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al
interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la
Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría
absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al
cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés
general
2. Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el
Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas."
Poca exégesis necesita el artículo en cuestión, y no es necesario ser un gran conocedor de los mecanismos del estado para saber que es imposible un regate a las no muy gratas consecuencias de la desobediencia.
Como considero que el Señor Mas no es tonto (nunca ha demostrado serlo) y conoce bien los resortes del poder y su sitio en el mismo, entonces ¿a qué juega?, y lo que es más inquietante, ¿por qué?
Múltiples respuestas tengo a esta pregunta, pero prefiero guardármelas para mí hasta conocer las suyas.
Muchos órdagos se está echando Mas para tan poca mano como tiene, quizás no pueda calcular aún bien las consecuencias de cuanto hace o somos los demás los que carecemos de datos.
Y luego viene por sorpresa el señor Rubalcaba a decir que a él la palabra Federal no le asusta.
Bien, a mí tampoco, pero en 1978 se decidió que España estaría sujeta a una figura ad hoc, a medio camino entre el federalismo y el regionalismo, llamado estado de las autonomías. Este tipo de organización, que a mí no me ha gustado nunca una mierda he de añadir, se creó para acercar el Estado a los ciudadanos y su fin era "amarrar" España igualando a todos los ciudadanos en derechos, obligaciones y servicios con independencia de su lugar de residencia y de lo saneado de sus públicas finanzas.
Sin embargo, en poco más de 30 años, las CC.AA. se han convertido en estados paralelos que pretenden suplantar la autoridad y hegemonía del Gobierno Nacional amparándose en las prebendas que éste y el propio sistema les concede. Todo ello arramplando con dinero público para cimentar esa bicefalia innecesaria y costosísima que poco aporta a los ciudadanos.
El caso catalán es un buen ejemplo de ello, pero no el único.
Disiento de Rubalcaba porque no me parece que el Federalismo vaya a arreglar este problema, antes bien creo firmemente que lo agravaría. Pero lo que no tiene ningún sentido, ni creo que sea de recibo siquiera plantearlo, es cambiar las reglas del partido por mucho que un jugador quiera hacerlo.
Supongo que se podría cambiar el modelo de organización territorial, pero sin duda alguna no para contentar a catalanes o vascos o manchegos o madrileños o andaluces o canarios. Ni siquiera para contentar a los asturianos. Y mucho menos en este momento.
Me parecieron unas declaraciones claramente desafortunadas, pronunciadas simplemente para no ofender al PSC ("España será federal o no será", ¡tócate los cojones!) y escupidas, tras mascarlas con tierra, en clave electoral.
Se podrá estar de acuerdo con él en muchas cosas, pero no en alguna de éstas.
Y así estamos, que éramos pocos y parió la abuela.
Les contaré sin embargo un secreto, la pancarta que encabezaba la "manifa" del día 11 iba buscando la complicidad de Europa ("Catalonia nou estat d'europa") y de los socios de la Unión Europea. Sin embargo, ni siquiera los más retorcidos y anti españoles de ellos comparten, si no el fin (que tampoco), al menos el momento.
Y todo ello después de pedir un rescate de 5.000 MM de nada...
No sé qué opinarán ustedes, pero yo creo que esto se nos va de las manos a todos, y que se impone una respuesta sosegada pero muy firme... una de esas que no deja lugar a la interpertación.
Y Jordi Pujol de artífice de la idea.
Señor, ¡vivir para ver!
P.D.
De entrada no estaría de más cambiar la ley electoral para impedir que PNV, CiU, o cualquier otro partido que obtenga resultados significativos en un solo territorio pueda tener representación en el Congreso.
No sé qué opinarán ustedes, pero yo creo que esto se nos va de las manos a todos, y que se impone una respuesta sosegada pero muy firme... una de esas que no deja lugar a la interpertación.
Y Jordi Pujol de artífice de la idea.
Señor, ¡vivir para ver!
P.D.
De entrada no estaría de más cambiar la ley electoral para impedir que PNV, CiU, o cualquier otro partido que obtenga resultados significativos en un solo territorio pueda tener representación en el Congreso.