lunes, 28 de noviembre de 2011

Los malísimos malvados

 
Cuando pienso en manipulación  se me viene a la cabeza Joseph Goebels, del que dicen desarrolló en los años 30 y 40 las "modernas" técnicas de propaganda. Desde su ministerio se moldearon las voluntades y criterios de una masa social tan deseosa de creerse especial como resentida por las injusticias de una derrota nada honorable.

El cabroncete de Joseph fue capaz de convertir a los judíos en los ínitimos enemigos de cada alemán de pro, y hacer que fueran además cosiderados la causa de gran parte de sus desgracias.

Sin embargo, esa manipulación que con tanto tino pareció poner en práctica el tonto de los cojones del engominado caló también entre los buenos, y quien más y quien menos ha tratado siempre de ponerse del merjor perfil para las fotos mientras dibujaba feo y chepudo al vecino molesto.

Todos hemos visto las películas de Hollywood, o las francesas, o las inglesas, pero también hemos visto el arte mural soviético o el del fascismo italiano, los discursos de Castro, el Pravda, el libro rojo, la contracultura y un sinfín de bombardeos de muy distinto signo, calado y nivel de "maldad". Todo finalmente parecido o, al menos, con un objetivo compartido.

Evidentemente no se puede comparar "Los cañones de Navarone" con las monstruosidades de Pol Pot y sus Jemeres Rojos, pero tienen no obstante un estadio común: el de convencer y ganar las mentes de los que pretenden sus adeptos.

Y nada mejor para ello que presentar al enemigo como un tipo sin escrúpulos, un villano despreciable, un ser sin moral o, lo que es peor, con la moral retorcida y perversa.

No les quepa la menor duda que cuando vean a la prensa de una facción, país, religión, bloque o, en general, bando hacer un despliegue mediático para describir los horrendo crímenes de sus enemigos es que algo está a punto de ocurrir. Solo buscan una justificaión pública de caracter moral para dar el paso que están a punto de dar, buscan el aplauso de su público y la conformidad de los indecisos y neutrales.

Las violaciones, por ejemplo, es algo muy socorrido. Los talibanes dicen a las mujeres que los occidentales quieren violarlas, a todas, algo que ellos, como buenos musulmanes y fieles guardianes de la Sharía, jamás consentirían.

Así, entre otras muchas cosas, buscan la simpatía de los muy celosos patriarcas de los pueblos que van encontrando en su avance.

Pues bien, espero que no tengan ustedes familia, amigos o patrimonio en Siria, yo no daría un duro por ellos en este momento.

Son unos malísimos malvados.

Lamento mi persistente ausencia, haré lo posible por dejar algunas de mis perlas con más regularidad.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Ya no interesa

Me escapo un momento de la perra vida de trabajo que llevo últimamente para lamentar la muerte del Sargento Primero Joaquín Moya Espejo. Descanse en paz.

Mis más sinceras condolencias a su familia, amigos y compañeros.

No tan triste pero sí muy instructivo es comprobar que dicha noticia aparece en el puesto número 13 en la lista de las más leídas de elmundo.es, siendo ocupada la primera posición durante todo el día por el increiblemente profundo artículo de investigación: "Te invito a unas copas porque quiero sexo"

De puta madre, vamos.

En fin, pan y fútbol.