viernes, 27 de abril de 2012

DEP

  
Ayer un Alferez Cadete y un Capitán Instructor perdieron la vida en el accidente de Meco.

Desde aquí mis más sinceras condolencias a familia, compañeros y amigos.

La muerte no es el final... siempre y cuando nos recuerden.

miércoles, 18 de abril de 2012

Ejemplo de ejemplo

  
En un país en el que ni un puto político ha pedido perdón por nada en los últimos 30 años. En el que los políticos de medio pelo, es decir todos, dictan sentencia y sientan cátedra en temas sobre los que no tienen ni la más remota idea.

Un país donde el trincherismo y el revanchismo político ocupan portadas y noticiarios, donde lo de la "leal oposición" (esté quien esté) suena a chiste maquiavélico y donde la culpa de todos los males la tiene siempre el otro.

Pues en ese país que es, le pese a quien le pese, una Monarquía parlamentaria, el Rey ha hecho lo que ningún politicucho hace ni hará... pedir perdón.

Aquí lo de "qué buen vasallo si tuviera buen señor" que siempre se ha dicho de nosotros no aplica, aquí lo que ahorma mismo aplica es "qué buen Señor si tuviera buenos vasallos" refiriéndose a la inmensa mayoría de los que ocupan el Congreso de los Diputados.

Ni a la altura del pie le llegan.

¡Así se hace Majestad!

martes, 17 de abril de 2012

Soneto a Doña Cristina

    
A Cristina le gusta el reagetón
Y lo baila con jóvenes efebos
que se pasan las leyes por los huevos
al ritmo de banana y culebrón

Mientras copia el ejemplo del matón,
Del norte de Cali es el mancebo,
se curte en sus prácticas de sebo
presumiendo de mando y de bastón

Por el pueblo dice que reacciona
A tamaña falta de vergüenza
Como falta de justas inversiones

A protestar mi alma se aficiona
Y  ahora mi discurso ya comienza:
Cristina... no me toques los cojones


domingo, 15 de abril de 2012

En Albacete no hay elefantes

  
Chuzos de punta caen. Pero oigan, chuzos de los gordos. En lo económico, en lo político, en lo social y en lo cultural, en suelo patrio (o no tan patrio) y allende nuestras fronteras.

De las macromagnitudes ni hablamos, empieza ser ya una saturación esto de la prima de riesgo, el nivel de deuda y el endeudamiento bancario. Si no fuera porque nos va la bolsa, cuando no la vida, en ello, sería para ignorar las noticias por coñazo y por repetitivas.

España otra vez con su leyenda negra, versión 2.0 o S XXI, como ustedes prefieran. Nadie nos va a echar una mano, denlo por seguro, y se la darán a los italianos que, con todos mis respetos, llevan más de un siglo viviendo del jodido cuento. Nadie les soporta, pero al menos no les odian como a nosotros.

En lo político... mejor me callo.

En lo social, no sé si ustedes lo saben, pero Carla Bruni no se ha deshinchado después de darle a nuestro querido Petit Napoleon una Petit Napoleona. Y ganó 10 kilos durante su famosa preñez. Casi nada. Así que nuestro pequeño gran hombre se casó con un pibón por serlo y ahora convive con una señora "entradita en carnes" que no suelta el Hagen Daaz ni así la ahorquen. Miserias del poder absoluto, supongo.

Claro que lo podría haber tenido peor, hubiera podido casarse con Cristina Kirchner, que de política sabe lo mismo o menos, tiene peor mala leche y, sobre todo, la tiroides fatal.

Culturalmente estoy desecho... lo de las subvenciones al glorioso cine nacional es para que las masas nos echáramos a la calle a pedir la dimisión hasta del portero de Moncloa. ¿Quién va a hacer ahora películas sobre la guerra civil?

Pero lo que verdaderamente duele es lo de la cacería de elefantes de S.M. el Rey.

A mi me caen bien los elefantes, son gente que llevan las infidelidades con dignidad y en lugar de cuernos gastan colmillos, que duelen igual cuando salen, pero luego son útiles y se come con ellos.

Sabrá el lector, y si no ya le informo yo, que el que suscribe es un monárquico confeso.

Más pese a ello, no acierto a entender qué cojones hace Su Majestad bajándose a un paquidermo mientras en España hay 5,5 millones de personas -no todos españoles, por cierto- que pasan los lunes rascándose la taleguilla a falta de algo mejor que hacer con las manos.

En mi humilde opinión es un cagada en toda regla.

Y para ello, para cagar digo, mejor hacer lo que el infausto dicho aconseja, y darse una vuelta por esa bonita zona de la geografía española.

Sí, es cierto que no hay elefantes en Albacete, pero a cambio hubiera podido degustar una fantástico pisto, un delicioso plato de atascaburras, o las magníficas judías con perdiz que prepara alguno de los restaurantes más celebrados de la zona y que yo, con mucho gusto, le hubiera podido recomendar.

En lugar de eso se ha roto la cadera y nos ha puesto en la tesitura de tener que dar muchas explicaciones y tener que soportar "descorches" republicanos.

A Albacete, Señor, a Albacete. Acepte el consejo de este su humilde súbdito y la próxima a Albacete.