jueves, 12 de diciembre de 2013

Derechos y respuestas...

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Siempre he dicho que la inteligencia comunicativa (y de la otra) de los políticos es, como mínimo, precaria.

Este hecho se eleva a la enésima si hablamos de los políticos del PP y el PSOE, dotados, no sé si genética o culturalmente, para hacer cuando no deben, callar cuando no toca, hablar cuando es impropio y quedarse de brazos cruzados cuando las llamas ya les llegan al refajo.

Además, los políticos en general carecen de una visión limpia y clara de la situación, ya que el pesebrismo de carné que les da de comer les impide ver la foto en colores que no sean los de sus siglas o, al menos, reconocerlo.

Lo de Cataluña se veía venir.

Cuando el primer gilipollas de turno se calló cuando oyó hablar de un derecho que no es tal (léase "derecho a decidir"), todo se fue al carajo. Y de aquellos polvos, estos lodos.

Bastaba con haber dicho alto y claro que el derecho a decidir es tan derecho como ir a 200 km/h por la carretera, o el derecho a dejar a deber en el supermercado, o el derecho a quedarme con el parnés del personal vía facturas falsas y comisiones a tutiplén.

Y claro, lo tercero es tan habitual que lo otro ya no sorprende ni crea picazón y por el cedazo pasa todo, por mucho que luego nos quejemos.

Por si la cagada fuera poca, a nadie -a nadie de tronío, me refiero- se le ha ocurrido salir a la palestra a ciscarse en la madre que parió a Hermógenes y dar una ostia en la mesa.

No, no, por Dios, prudencia y corrección política, no vaya a ser que perdamos votos en "Catalunya"

Y así, ya tenemos aquí lo que todos creíamos que iba a venir menos quien tenía que creerlo.

Ahora especulemos sobre la respuesta porque, oigan, lo que nos jugamos es mucho.

Ahora espero que los que tienen que reaccionar, que son básicamente dos, se den cuenta que lo que se juegan no son los votos de Cataluña, sino los del resto de España, porque como no estén a la altura de las circunstancias y pongan de una santa vez lo que hay que poner encima de la mesa, les va a volver a votar su santísima madre.

Joder, qué seriedad se nos pide a los de abajo y que puto mamoneo se gastan los de ariba.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Sorpresa, sorpresa...


No tenemos remedio.

Los españoles digo. De verdad que no tenemos remedio.

Somos algo diferente bajo el sol, sin duda alguna. Ni mejores ni peores que otros cualquiera, pero diferentes como un huevo y una castaña.

Hay quien aún se sorprende de que a Inesita la reciban en su casa con vítores, banderas y la banda municipal.

Y de que en muchos de los bonitos, pintorescos y simpáticos pueblos de Euskadi ya la estén preparando un homenaje con txuleta y txakolí.

Y yo me pregunto, ¿pero es que alguien se ha olvidado de que en el País Vasco hay 270.000 hijos de puta? 

No, de verdad, quiero saberlo, ¿es que alguien ha pensado que ETA se caía a cachos y aquí nuestros 270.000 colegas del alma se convertían a la doctrina democrática de la noche a la mañana?

En el País Vasco hay 270.000 hijos de puta para los que una vida humana vale menos que unas ideas, y otros 380.000 cobardes paletos que, escondidos tras una mierda de tradiciones, unas siglas que presumen centenarias y una pancarta de "I am Basque", justifican a los primeros y los conceden mil y una prebendas morales porque nacieron en el pueblo de al lado en lugar de en la provincia de Burgos.

Alturas de miras les piden.

Debe ser por encima del pasamontañas o del detonador de la bomba lapa. Tan valientes ellos.

Vamos que sí, que son asesinos y cabrones, pero que son euskalduneslaostiaPatxi.

Pero nada, aquí nos sorprendemos, y nos da rabia que se les presente como los vencedores de una guerra, como a los gudaris que regresan orgullosos e invictos del frente. Nos jode que les reciban como les reciben.

Me pregunto quién nos ha metido esa inocencia, candidez o mera ingenuidad en la cabeza.

Pero no se preocupen, ni siquiera en esto se pondrán de acuerdo los partidos de los titulares para decir de verdad lo que debieran.

Ni siquiera en esto.

jueves, 25 de julio de 2013

Mi más sentido pésame

 
Siento de todo corazón la tragedia de Galicia.

Mi más sentido pésame a los familiares y amigos de las víctimas y mi más sincero deseo de recuperación para los heridos.

lunes, 8 de julio de 2013

Descanse en Paz


Me acabo de enterar hace un rato y me ha entristecido la noticia.

Emilio Alonso Manglano, el General Manglano, fue un hábil y diligente servidor de España. Convirtió unos fraccionados, dispersos y poco eficientes servicios de información en la maquinaria de inteligencia que un país civilizado como el nuestro merecía y merece.

Muchos han tratado de ensuciar su imagen a lo largo de los años haciéndole aparecer, en el mejor de los casos, como un Maquiavelo del Siglo XX. 

Tuvo un puesto dificil en un momento difícil, y no solo lo hizo bien, sino que algunos de sus propios enemigos así se lo reconocieron muchos años después, cuando ese elogio no podía encerrar sino una admiración real.

Sus amigos, por descontado, siempre supieron de la valía tanto suya como del Centro que había ayudado a organizar.

Descanse en paz.

jueves, 16 de mayo de 2013

Curioso personaje

 
Durante el pasado Gp de F1 de España en Montmeló, me encontré con esto en el parking de Paddock.



En fin, como pueden ustedes imaginarse, no alabo precisamente el gusto del propietario, porque disfrazar un 458 de pistacho o manzana o camaleón - o el maldito color que sea ése - es, como mínimo, censurable. Vamos, censurable y agredible.

Pero un detalle llamó mi atención, ¿no se han fijado ustedes en las manchas en la puerta del piloto?

Veámoslo ampliado.


Caramba, caramba. Resulta que nuestro hortera amigo (o amiga porque no pude confirmar la identidad del propietario) es aficionado a los piques. Y las 7 "kill makings" de Lamborghini parecen atestiguar que no es malo del todo (en fin, habría que ver cuántas veces ha perdido él/ella para analizar si es cierto o no).

Curioso el personaje, ¿no?

La gracia de las marcas le concede derecho a un punto de indulgencia, por eso decido que pase de ser fusilado al amanecer, de espaldas y sin último deseo, a se encerrado de por vida en una fría y húmeda mazmorra.

Porque el colorcito, créanme, es todavía más chillón y estrambótico en persona.


jueves, 4 de abril de 2013

Hasta aquí hemos llegado, Majestad


"Sobre todo España"

Éste es la máxima de los últimos reyes que España ha tenido. Buenos reyes, si bien no siempre acertados...

Así la entendió, erróneamente, Alfonso XIII al abandonar España y así lo entendió, tardíamente, D. Juan de Borbón al renunciar a sus derechos dinásticos en favor de su hijo D. Juan Carlos.

Y de entre todos, D. Juan Carlos I ha sido, sin lugar a dudas, el mejor rey en la historia de una nación que no ha contado, precisamente, con una larga lista de monarcas destacables.

Su sentido de la historia, su determinación de cambio y su visión estratégica de cómo debe ser y comportarse un país avanzado han marcado de manera clara la historia de España contemporánea. No creo que nadie haya hecho tanto por España en su historia, y menos de forma tan, en la mayor parte de las ocasiones, discreta.

Sin embargo, los últimos 2 años empiezan a emborronar un curriculum hasta entonces intachable (con alguna pequeña mota que el conde de Latores se encargó de cortar de raiz).

No es que Su Majestad ande haciendo lo que no debe, es que el nivel de exigencia y de sensibilidad de la sociedad con la crisis económica ha subido exponencialmente. Evidentemente huelga decir que esto es muy bien utilizado por los partidarios de la república, especialmente por aquellos que ven en ella un estorbo no menor para conseguir sus propósitos políticos.

Pero la realidad es la que es, y da la sensación que a día de hoy el número de republicanos es sensiblemente más alto que hace cinco años.

Y para un monárquico convencido como yo, eso no es bueno.

Las situaciones complicadas, como nuestro Rey bien sabe por experiencia vital, requieren soluciones tajantes. 

Así ocurrió cuando se enfrentó a un Franco medio muerto y a toda la cohorte de hijos de la grandísima que formaban su gobierno al irse a El Aaiun en 1975.

O cuando se enfrentó a su padre por los derechos dinásticos y fue inflexible y tajante por el bien de España.

Ni que decir tiene de una transición en la que los comunistas no tenían sino buenas palabras hacia él.

Lo mismo hizo el famos 23-F.

Idem en incontables ocasiones en las que ha terciado por el bien de España a nivel internacional.

Y por supuesto innumerables son los complejos trámites en favor de empresas españolas en concursos, licitaciones y oportunidades de negocio internacionales.

Don Juan Carlos sabe mucho de complejidad, complicaciones, riesgos y amenazas.

Por eso creo que ha llegado el momento de hacer un último esfuerzo supremo para asentar y asegurar  la sucesión dinástica, y es un esfuerzo personal y familiar de primer nivel.

España clama por una ejemplaridad. 

Los partidos políticos han demostrado su vil mezquindad, y aunque en España todos echamos los perros a los del bando contrario y absolvemos a los propios (vivaerbetimanquepierda), todos sabemos que nuestro patio no está limpio.

La prensa, que tampoco debería ser un ejemplo de nada, no es un ejemplo de nada, y su sesgo político es miserablemente evidente.

Los sindicatos y las "fuerzas vivas" pretenden dar lecciones, cuando a duras penas son capaces de mantener en pie estructuras elefantiásicas cuyo objetivo primario hace décadas que dejó de ser la defensa de los trabajadores.

Y en éstas, la tabla de salvación moral de muchos españoles, La Corona, no puede permitirse hacer aguas.

Dos son las medidas que debe tomar Su Majestad en los próximos meses si quiere asegurar, como decía, la sucesión: Eliminar mediante sanción a su hija Cristina de la línea de sucesión dinástica (un constitucionalista me ha asegurado que esto es posible) y abdicar en su hijo El Príncipe Felipe.

Escribo estas líneas con el absoluto convencimiento de que es la única solución para salvar a la Monarquía y mantenerla como La Institución entre las instituciones.

No podemos permitirnos, en momentos de grave amenaza de secesión por parte de territorios españoles, una Corona cuestionada y un Jefe del Estado que tenga cuitas pendientes con la sociedad, por injustas y colaterales que éstas sean.

No podemos permitirnos en momentos de la peor crisis económica de la historia de nuestra nación, a miembros de la Familia Real con imputaciones, propias o de sus cónyuges, y con flagrantes pruebas de graves delitos económicos... y morales.

Y no podemos permitirnos, en momentos de caída en picado de nuestra credibilidad internacional, que el Embajador por excelencia de España carezca del estado físico suficiente para cogerse un avión al fin del mundo para evitar un escarnio internacional sobre España.

Duras son las pruebas que el destino le ha puesto a Su Majestad en el camino, pero a grandes retos grandes capitanes, y Don Juan Carlos ha demostrado siempre ser único entre los suyos.

Adelante Majestad, al igual que vuestro padre "¡Por España, todo por España, viva España, viva el Rey!"

jueves, 7 de marzo de 2013

Pájaro de primavera



Dicen que es liviana y grácil, y que camina dando vueltas sobre sí misma como si bailara graciosamente el vals de las olas.

Es esquiva, quizás, pero no tímida, y muestra siempre interés por los acontecimientos no habituales que se desarrollan en su territorio. Así, permanece vigilante desde su rama a cuanto sucede entre la loma de la colina que corona el valle y la rivera del río, y vuela inmediatamente a cualquier rincón donde haya la más remota señal de movimiento anómalo.

Es laboriosa, mucho, y trabaja incansablemente en mantener su nido, y el árbol común, en perfecto estado, así que aletea sus desnudos bracitos de acá para allá, siempre en busca de esa rama que encaje en ese hueco, o esa otra que cubra esa grieta.

Nadie sabe por qué vuela aunque no tega alas; será quizás cosa de magia.

Su aspecto dulce no debe despistar al observador, bajo su frágil y delicado aspecto de ave tropical se encierra una fiera con el pico muy bien afilado si la llevan al extremo de tener que defenderse.

Algunas veces, cuando la primavera se acerca, deja su territorio, cruza el ancho mar desde su natal Pernambuco y se posa en la ventana de esta bitácora mirando el interior con sus graciosos y vivarachos ojillos. 

Picotea la ventana hasta que abro y después interpreta una corta y elegante coreografía al tiempo que emite ese gracioso sonido "Pajeú", "Pajeú".

Luego hace una gentil reverencia, que no descansa hasta que es correspondida, se deja acariciar bajo el pico y en sus largas y finas orejitas y emprende el viaje de vuelta a casa... 

Lo mejor de Pajeú es que sus visitas siempre vienen acompañadas de un súbito golpe de buena suerte, por eso me gustan sus esporádicas y fugaces apariciones.

Pero déjenme que les diga una cosa, aunque no trajera buena suerte, también me gustaría verla por aquí...

lunes, 11 de febrero de 2013

Memorias del Watergate


"Yo tenía una granja en África..." así es como empieza la famosa película. 

Con la añoranza de quien sabe que nunca volverá a vivir el momento más importante de su vida, la protagonista evoca esa época en la que se desarrolló su gran aventura vital.

Memorias de África.

Y gracias a ella, muchas mujeres se han imaginado a sí mismas en el porche de su casa de Kenia, o quizás erigiendo la escuela de los niños Kikuyus y, sin duda, siendo "enjabonadas" por Robert Redford. Todo ello hayan tenido oportunidad o no de estar realmente en África.

El periodismo, como las mujeres valientes y osadas, tiene también su imaginario, su granja en África y sus Kikuyus.

El Watergate supuso el principio (y probablemente el cenit) del desde entonces llamado "periodismo de investigación" El coraje, la perspicacia y la tenacidad de Bernstein y Woodward condujeron a la dimisión del mismísimo Presidente de los Estados Unidos.

No hay periodista que no sueñe, alguna vez en su vida, con ser el investigador y descubridor de una conspiración, de un complot, por parte del poder.

Reventar un escándalo que conduzca a la dimisión de falsos prohombres de la patria, limpiando con ello el honor común y aireando las putrefactas cañerías del poder para mayor libertad de sus conciudadanos.

No creo que nadie se sorprenda si digo que no confío en los periodistas. Ni me fío de ellos ni me gustan, salvo honrosas excepciones. Y he tenido que bregar con ellos en muchas ocasiones, no toco de oído en esta partitura.

Su búsqueda de la verdad es tan falsa como lo altruista de su trabajo. Estos son otros que piensan - tal vez solo lo dicen- que trabajan por el bien común.

Con motivo y con razón alguien les llamó el cuarto poder, algo de lo que se vanaglorian probablemente porque no alcancen a comprender lo demoledor de su significado.

Cuento con que la prensa de uno y otro signo sacará a la luz, siempre que le sea posible, la mierda del bando contrario. Y cuento con que restará importancia a la mugre del suyo propio. 

Cuento con que los librepensadores columnistas de uno y otro signo utilizarán sus tribunas (mal llamadas atalayas pues poco suelen tener de altura) para lanzar dardos a sus contrincantes, y cuento con que usarán esas mismas para mirar para otro lado cuando sean los dardos los que encuentren bulto entre los suyos.

Lo que no puedo soportar es que los periodistas, que ostentan un poder para el que nadie les ha elegido y en el que entraron sin ningún control, sean los que dirijan las riendas de la política del país.

No puedo soportar que los políticos hagan uso omiso de sus atribuciones y termine siendo Jesús Cebrián o Ignacio Polanco o Pedro Jota Ramírez o Enrique de Ybarra los que dirijan la oposición de este País. Ahora, antes o en el futuro. 

Oposición para la que los responsables políticos elegidos parecen tan inútiles y tan paquetes como para el gobierno los que se sientan en el bando azul.

Y no me refiero solo al "Caso Bárcenas", del que ya hemos hablado y del que empiezo a estar hasta los huevos. Ni al de los "Eres de la coca y las putas"

Me refiero a que en pos de ese Watergate que les proporcione fama y gloria, o tirada y difusión, el fin se confunde con los medios y el cuarto poder termina siendo más mierda, más canalla o más fullero que los otros tres a los que critica y pretende (consigue) dirigir con la excusa de la libertad de expresión.

La Granja de Meryl Streep estaba bastante más limpita y los del Washington Post tenían otro estilo.




viernes, 18 de enero de 2013

El amiguete Bárcenas

 
Conocí a Luis Bárcenas en el año 2004.

Le conocí por motivos que no vienen al caso y estrictamente profesionales.

Hace casi 10 años que dije a quien correspondía, clarito y por este orden, que este tipo me parecía un perfecto maleducado, un puto sobrado, un displicente y, por encima de todo, un solemne gilipollas sin principios.

Ya entonces este "señor"estaba bajo sospecha de mucha gente, pero era intocable.

Me permitiré solo una indiscreción sin chocar con obligaciones. Hace falta ser rancio y sobrado para fumarse un puro mientras se está en una reunión con gente externa. Eso es de "1964, Don José su chofeur le espera en la puerta" que, básicamente, es el espíritu que tiene este pedazo de imbécil.

Hoy han dicho que varias personas del gobierno, y del PP, afirman que se van a depurar responsabilidades, "caiga quien caiga"

¿A que no hay cojones?

Para aquellos estimados lectores del ala izquierda que leen este blog he de decir que en lo suyo el asunto es lo mismo, exactamente igual.

Y entre aquellos que secundan a las huestes que opinan que "mi casta es la buena y los españoles son una rémora para nuestra nación" del norte o del este, ya ni hablo. Señoras y señores, sus oasis son de puro chiste.

La solución es abolir esta casta corrupta de políticos, sindicalistas, intermediarios y asociados, y nombrarme a mí, el tío mas incorruptible y genial del hemisferio norte, como dictador absoluto de los designios de una confe-fede-astro-unión de naciones-comunidades-estadoslibreasociados.

Conmigo se viviría mucho mejor y se tendrían muchos más orgasmos, ¡donde va a parar!

No me alegro de la mierda de los intestinos del PP, pero reconózcanme que da cierto gustirrinín cuando se cumplen los pronósticos de uno.

P.D. (actualización de las 23:30)

Acabo de leer que la sede del PP en Génova está "sitiada" por "detractoes" del partido "corrupto".

De verdad que empiezo a pensar que toda la gente con la que llevo toda la puta vida discutiendo tienen razón.

España es un país de Pandereta.

La afición de una parte de la ciudadanía por "cercar" la sede de un partido y no del resto mueve a mofa.

Pero, oigan, mofa con putas mayúsculas.

El día que salgan a la luz los trapos de IU (acojonantes, sospecho) o los del PSOE (desternillantes por lo enormes en Andalucía) nadie "cercará" ninguna sede.

Parece que en España los delitos cometidos por unos son más graves que los cometidos por otros.

Y estaremos de acuerdo ustedes y yo en que gilipollas, en España, hay más que botellines (Carlos Herrera dixit), y botellines hay en casi todas las cantinas de "la piel de toro"

Al puto trullo todos los golfos como Luis Bárcenas, vengan de donde vengan.

Créanme, no hay ideología más exenta de hijoputas que otra.

miércoles, 16 de enero de 2013

Hello again


Cuando está uno trabajando, porque está trabajando, y cuando está de vacaciones porque está de vacaciones. El caso es que es difícil encontrar un jodido momento para esto de darle a la tecla.

Tengan ustedes, en primer lugar y de todo corazón, un año 2013 corriente y moliente, es decir, les deseo algo mucho mejor que lo que hemos tenido en el infame 2012.

Ya habrá tiempo en el futuro (espero que cercano) de comentar lo de los Mayas, las autonosuyas y los independentismos, las cuentas en Suiza de unos y otros, los orgasmos múltiples y, en general, el  cachondeo generalizado a costa del sufrido contribuyente.

Tiempo tendremos de escribir alguna chanza vital relacionada con candentes temas de actualidad, y seguiremos apostando por manetner nuestro puesto de vigías de la sacrosanta moral española.

Para ponerle banda sonora a esta reentrè, me ha venido a la cabeza el "Hello Again" de los Cars. ¿Les he dicho ya que estoy en plena crisis de la mediana edad pero sin problemas de erección?

En fin, que lo disfruten y nos vemos por ésta su casa.