jueves, 24 de febrero de 2011

Mi más sentido pésame...


Para las familias, compañeros y amigos de los cinco fallecidos en la explosión de Hoyo de Manzanares, y mis mejores deseos de recuperación para los heridos.

A veces parece que nadie quiere recordar que si no hay más accidentes, siendo como es un trabajo delicado y muy peligroso, es simplemete porque la gente que tenemos es muy buena, excelentes profesionales.

Descansen en Paz.

miércoles, 23 de febrero de 2011

¿Hacia dónde? أين؟


Durante algún tiempo tuve una corta pero intensa relación con el mal llamado mundo árabe, especialmente con algunos países del Norte de África.

Vaya por delante que no soy un experto en su política interior o exterior, ni podría dar una conferencia sobre sus complejos entramados de poder, sus corruptelas o los movimientos disidentes que haya en sus respectivos territorios.

La verdad es que hace muchos años que no tengo relación alguna con nada remotamente relacionado con esa (amplia) zona del mundo.

Yo solía ser un optimista cuando era algo más joven, pero se ve que los años dan sensatez, pesimismo o, simplemente, prudencia y ya no tiendo a ver el mundo de un posible color rosa como antes hacía. A mí el idealismo se me fue destiñendo en la lavadora.

Por eso ahora miro con mucha preocupación todos los acontecimientos que están ocurriendo en Libia, Marruecos, Jordania, Egipto, Yemen y demás países musulmanes que parecen estar envueltos en revoluciones sociales o civiles.

Desde Europa todo se ve como una gran oportunidad.

Una oportunidad de quitarse una siempre posible amenaza por el flanco Sudoeste y una oportunidad también de ganar influencia en esa zona vía la explotación de nuevos mercados, muy cerrados hasta la fecha.

En resumen, si hay elecciones termina habiendo clase media, si hay clase media hay consumo, si hay consumo tiene que haber producción y si hay producción hay competencia. Simple.

Eso por no mencionar, es una obviedad, los hidrocarburos que algunos de esos países atesoran en su subsuelo.

¡Qué bien lo vamos a pasar todos juntos viviendo en democracia y armonía!

Y no se por qué, pero a mi me da en la nariz que a lo que nos enfrentamos ahora mismo es más a un riesgo que a una oportunidad.

¿Saben ustedes cómo empezó la revolución iraní?, ¿les parece a ustedes que Irán se haya convertido en un país más abierto, más pacífico, más culto y con mayor proyección internacional?

Sé que muchos tienen el mismo respeto a los acontecimientos que un servidor. Y me refiero a muchos que saben y que tienen que dar opinión sobre qué hacer y cuándo hacerlo.

Pues espero que quien tenga que escuchar les escuche y no me vengan con alianzas de tribuna de premio Nobel de la Paz, porque nos jugamos mucho más de lo que la presunta distancia geográfica parece indicar.

La democracia debe estar sustentada por un pueblo que sepa cómo ejercerla y disfrutarla, no es el caso de alguno de los estados que he mencionado en el quinto párrafo, cuyo futuro más inmediato pasa por una radicalización de su nueva clase dirigente más que por un aperturismo al resto del orbe.

Resumiendo, tendremos un Irán con mucha más influencia en la zona y varios países “satélite” regentados por un régimen teocrático y dictatorial que harán bueno el dicho aquel de “cualquier tiempo pasado fue mejor”.

Habrá quien diga que proponga, si tan listo soy, soluciones para que eso no ocurra. Y tendrán razón porque en realidad ni aporto ni tengo ninguna, pero precisamente por eso me permito sugerir que nos preparemos para lo peor, que de no ser tan mala la cosa sólo habremos entrenado para cuando sea mala de verdad.

¡Ah!, y además recuerdo a quien quiera leer esto, que cuando los dictadores se encuentran cuestionados por parte o la totalidad de su pueblo y se les acaban los recursos, siempre intentan un movimiento de corte patriótico que vuelva a aglutinar las simpatías en torno sí mismos.

Y las reivindicaciones de carácter territorial o los intentos de anexionar territorios que se consideran invadidos o usurpados suelen ser un buen método para hacer que por algunos meses, o años, los súbditos olviden lo malos que son sus gobernantes.

Ejemplos en la historia reciente nos sobran…

Así que perdónenme si no salto de alegría al ver tanta revuelta y tanta algarada (que no dudo sincera y bienintencionada), y mucho menos al ver el seguimiento y opinión que Al Jazeera hace de ellas.

Alá nos pille confesados.

lunes, 21 de febrero de 2011

Rocket va a montar un negocio (III)


Hoy estoy cansado, ha sido un fin de semana duro, sin embargo, y gracias a mi magnanimidad que roza en la santidad, he decidido no privarles a ustedes del siguiente capítulo del apasionante relato por entregas: “Rocket va a montar un negocio”.

Una vez conseguida la financiación – gracias a ciertas habilidades adquiridas en su momento y al hecho de que el día que iba a atracar el banco los empleados de la oficina, en plena celebración de fiestas patronales, se habían dejado la oficina y la caja fuerte abiertas de par en par – decidí proseguir con mis muy estudiados planes de negocio.

Era el turno de elegir compañeros de viaje, colaboradores que estuvieran dispuestos a intercambiar su capacidad de trabajo y su experiencia por un estipendio justo y apropiado.

Puse con ese propósito un anuncio clasificado en dos periódicos locales que rezaba de la siguiente forma:

“Empresa seria de nueva creación solicita LIMPIABOTAS para incorporar en su plantilla. Atractivo paquete retributivo compuesto de fijo más variable en función de objetivos y amplias posibilidades de jugosas propinas. Se requiere experiencia en puesto similar, a ser posible con referencias. Interesados llamar al 666 111 222”

Me sentí orgulloso del mensaje. Era uno de esos anuncios que destilan elegancia, profesionalidad y saber hacer por los cuatro costados. Un reclamo para limpiabotas profesionales en busca de nuevos horizontes lucrativos, emprendedores por cuenta ajena.

Por eso no entendí la primera llamada de un amable señor que se identificaba como LAMECULOS.

- ¡Pero oiga, es que un limpiabotas no es un lameculos!, me temo que son oficios distintos.
- Aunque es matemáticamente imposible que esté usted errado, mi amado y estimado posible contratador, o incluso excelso presunto jefe, todo es ciertamente matizable. Ambos se dedican a pulir y dejar relucientes objetos forrados de cuero, uno zapatos, otro culos.
- Si, pero el cuero del zapato está curtido, y el del culo no suele, no se usan las mismas herramientas. Además el dueño del primero se lo suele quitar para dormir, mientras que el segundo…
- ¡Oh, prodigio de inteligencia!, ¡luz de sabiduría que nos ilumina!, es posible, pero es cuero al fin y al cabo. Además mi lengua está hecha a toda clase de culos.
- Lo siento amigo, pero el betún es muy tóxico y no quiero tener un envenenamiento sobre mi conciencia. Lamento comunicarle que no ha sido usted elegido.
- ¡Oh, disgusto mortal!, sin embargo amable y excelentísimo posible futuro contratador, le agradezco sobremanera el tiempo que me ha dedicado. Ha sido para mi una revelación poder oír lo profundo de sus mensajes, el sereno tono de sus palabras. Póngame, se lo ruego, a los pies de su señora.
- Gracias, gracias. Oiga, no tendrá usted por casualidad un familiar que trabaje de director en una sucursal bancaria de…
- Tu-tu-tu, tu-tu-tu

Siempre he pensado que a mí esas formas me sonaban de algo.

Un tanto desilusionado por este primer revés, pero confiado en encontrar a compañeros de aventura a la altura de tamaña empresa, continué esperando la llamada de nuevos aspirantes.

Cuando sonó el teléfono tuve un buen presentimiento:

- Dígame.
- Hola, llamo por el anuncio de limpiabotas.
- Aquí es, si señor, y cuénteme, cuénteme, ¿tiene usted experiencia?
- Mucha.
- ¡Ajá!, ¿podría ser más concreto?
- No, no puedo. Alguien podría estar escuchando.
- ¡Vaya!, ¿y eso por qué?
- Porque yo sé cosas. Ya sabe, los limpiabotas nos enteremos de todo.
- Ya veo. Quizás prefiera usted que nos veamos en persona.
- Imposible.
- ¡Caray!, ¿también le escuchan cuando queda con alguien?
- Peor aún… ¡me siguen!
- ¡Recórcholis!, ¿y entonces cómo pretende que le haga una entrevista de trabajo?
- No lo pretendo.
- ¿Podría explicarse mejor?
- He llamado sólo para advertirle, cortesía profesional, si entra usted en el negocio estará usted perdido, dejará de tener intimidad, la Guardia Civil, el Ministerio del Interior, el CNI, la CIA, El Mossad ¡todos le seguirán, le acosarán, le estrujarán hasta conocer sus más íntimos detalles! Cada palabra que diga será escuchada, estudiada, analizada. ¡No sabe usted dónde se mete!
- Bueno, pues nada, le agradezco muchísimo su advertencia, de la que tomo buena nota, y le deseo a usted una feliz y privada existencia. Buenos días.
- Muchas gracias, pero oiga…
- ¡QUÉ!
- Esta conversación nunca ha tenido lugar, ¿me entiende?

No me dio tiempo a colgar el teléfono cuando mi anónimo interlocutor ya lo había hecho

Las siguiente llamada, la cual no reproduzco aquí preocupado por la educación de los menores de edad que nos siguen, fuer realizada por una amable, aunque tajante, señorita de nombre Erika Ama Desire.

En realidad ella ya tenía trabajo, pero proponía un “Joint venture” entre su lucrativa actividad actual (sic) y mi propuesta de dejar los zapatos de mis clientes como los chorros del oro.

Al parecer mientras que yo limpiara los zapatos o botas (nunca entendí muy bien si los suyos o los de los clientes) ella haría, bueno, les haría, a ver si me puedo explicar, ella cogería un… y…

En realidad, querido lector, no creo que nuestros negocios fueran, a la luz de mis planes de empresa y la visión y misión de las que la quería dotar, compatibles al 100%.

Dijo comprenderlo, pero me dejó su teléfono y me animó a llamarla algún día si cambiaba de idea o de gustos sexuales.

Es bastante improbable que cualquiera de esas dos cosas ocurra.


(Continuará…)

viernes, 11 de febrero de 2011

Rocket va a montar un negocio (II)


Mi primera tentativa de buscar el capital para poner en marcha mi gran idea empresarial fue acudir a una entidad financiera. Una de esas que anuncian a bombo y platillo por radio y televisión que siempre dan crédito a los emprendedores.

Así que armado con un viejo maletín lleno de papeles, planes de negocio, proyección de ventas e incluso un logotipo de la empersa que me diseñó el rumano que pintó mi casa – un artista de la brocha gorda que no de los logotipos- me personé en la oficina bancaria más cercana.

La sonrisilla de medio lado que esbozó el empleado de ventanilla cuando le dije que buscaba financiación para una idea genial ya me dio mala espina, pero me disuadió el hecho de que el director en persona saliera a buscarme para invitarme gentilmente a pasar a su despacho.


Todo ello con mucha palmadita en la espalda, mucho aspaviento y mucho comentario de “¡así es como funciona un país, con buenas ideas y emprendedores como usted, amigo Launcher, y aquí estamos nosotros para ayudarle, faltaría más!”

Transcribo ahora la conversación que por periodo de 3 minutos mantuve con él en su espacioso despacho:

- Director (en los sucesivo D.): Y cuénteme una cosa amigo Laucher, ¿cuenta usted con alguna subvención?
- Rocket (en lo sucesivo R.): Pues no que yo sepa, quizás ustedes podrían ayudarme a encontrar alguna.
- D. (Ya saben, D. siginifica Director): Por supuesto, por supuesto, ¿y dígame?, ¿es usted minusválido?,
- R. (de Rocket, que es mi nombre): Pues no.
- D.: ¿pertenece a alguna clase desfavorecida?, ¿inmigrante ilegal?, ¿en riesgo de exclusión social?, ¿directamente asocial?
-R.: pues hombre, a una clase desfavorecida puede, pero sin documentación que aportar al respecto, el resto, pues no.
-D.: Ajá, ya veo, ¿es usted gay, lesbiana o transexual?
-R. ¡Hombre!, una vez tuve una novia que me metió un dedo por el culo y no protesté demasiado, aparte de eso, pues no, me temo que no.
-D.: ¿Tiene usted amigos, allegados, afines, familiares o rolletes en altos puestos de alguna administración pública de carácter estatal, autonómico o municipal?
-R.: No que yo sepa.
-D.: Mmmmmmm, ¿es usted rico amigo Launcher?
-R.: Me temo que no, más pobre que las ratas.
-D.: ¿Tiene usted piso en propiedad?
-R.: Pues no.
-D.: ¿Su salario sobrepasa los 10.000€ mensuales?
-R.: Rotundamente no.
-D.: ¿Tiene usted inversiones en bolsa, fondos de inversión, una cartera de deuda pública?
-R.: No, nada de eso.
-D.: Y dígame una cosa amigo Launcher, ¿y usted a qué ha venido aquí?
-R.: ¡Coño!, pues a por dinero para montar mi negocio porque vi la publicidad y me dije a mí mismo “Rocket, estos señores si que saben apreciar las buenas ideas”, y la verdad es que he tenido una muy buena, y traigo aquí los planes de negocio y
-D.: ¿Y cómo pretende que le dejemos dinero si no nos da usted algo a cambio?
-R.: ¿Algo como qué?
-D.: ¡Pues dinero, mi querido Launcher, dinero!, bien sea en metálico, propiedades, valores, etc. El dinero mueve el mundo amigo mío.
-R.: ¡Pero hombre!, si lo que no tengo es dinero, por eso lo vengo a buscar. Yo lo que tengo es una buena idea y un plan de negocio muy preciso. Si se fija usted en la proyección de la cuenta de resultados a tres años vista, en la página 42, verá que
-D.: ¡Ay, Launcher, Launcher!, los que no tenemos dinero somos nosotros, ¿cómo se lo vamos a dejar? Y eso que su idea es magnífica, ¡eh!, fantástica, ¡sublime me atrevería a decir!, ¡digna de un hombre de su talento y sus habilidades! Lamentablemente no es nuestro momento. Pero… ¡ponga en marcha su idea amigo mío!, ¡y vuelva cuando haya hecho fortuna, porque tenemos una gama de productos de inversión, ¡oiga, de quitar el sentido!
-R.: Pero yo creí por la publicidad que…
-D.: Nada, nada mi querido Launcher, ¡ha sido un placer recibirle!, ¡creo que nunca olvidaré nuestro primer encuentro!, ¡dentro de años les contaré a mis nietos cómo le conocí! - y poniéndose en pie y empujándo al pobre Rocket a la puerta – Y ahora si me permite tengo que dejarle, otro emprendedor necesita nuestra ayuda y nos debemos a ustedes, aunque en su caso la idea no es ni comparable con la suya. Un fuerte abrazo, amigo Launcher, y póngame a los pies de su señora.

Y cerró la puerta en las narices de Rocket, que sólo acertó a susurrale al marrón de la puerta de madera:

-R.: Estoy soltero

El próximo día hablaremos de la apasionante historia de enrolar a un equipo humano en el proyecto más fascinante de los últimos años.

(Continuará…)

lunes, 7 de febrero de 2011

Rocket va a montar un negocio (I)


Hay que “arrimar el hombro”.

Se lo he oído decir al gobierno en pleno, y yo soy obediente como el que más, amén de buen ciudadano y patriota donde los haya.

Así que, como todo el mundo parece coincidir en que lo que hace falta en España es iniciativa privada, empuje emprendedor y buenas ideas, he decidido pararme un momento para reflexionar, encontrar ese feliz momento de ocurrencia lucrativa, y añadir una actividad más a mis múltiples oficios, en este caso con la vitola de “empresario”.

Pero claro, primero hay que tener ese “flash” mental que me conduzca a la fortuna (que no a la fama, ante todo discreción) y no es tarea fácil. Para poder inspirarme, estudié las biografías o curriculum de algunos de los principales empresarios españoles, pero la búsqueda no fue tan fructífera como yo pensaba.

D. Emilio heredó el negocio, D. Florentino es un empleado, D. Isidoro heredó y además es sobrinísimo, D. Baldomero otro “mandao”, D. Rafael idem del lienzo, y así la inmensa mayoría de los más populares “mandamases” de la España Económica.

Un tanto desolado comprobé que esos son los casos más frecuentes, siendo honrosas excepciones D. Amancio, D. Luis y poquitos más, contaditos con los dedos de las manos.

Habida cuenta de esta información, a uno se le quitan las ganas de tener ganas, porque se ve que lo de “emprender” no es lo nuestro, o si lo es entonces lo nuestro no es “triunfar”, vamos, que Cagancho tuvo un poco más de suerte en Almagro.

Pero da igual, cada uno es cada uno y yo he decidido que tengo una cita con mi destino, así que continué cavilando un posible negocio.

La tienda de chuches está muy visto, el lupanar mal visto, el video club ya no se lleva, el contrabando moralmente incorrecto, la banca prohibitiva, la tintorerías son una plaga, la agricultura una ruina, la ganadería peor, los concesionarios de coches una especie en vías de extinción, las farmacias coto privado, los bares (¡ay, mis bares!), los restaurantes una mortaja, las inmobiliarias (jajajajajajaja), pescaderías, carnicerías, charcuterías, pollerías y verdulerías buscando clientes hasta por la calle, y en general, no hay un negocio tradicional que parezca ofrecer posibilidades a un pionero de pro como yo.

¿Pero y Internet, eh?, ¿no se puede montar una tienda online de algo?... y la respuesta es que para hacer algo rentable en Internet hace falta una cámara de fotos o vídeo, saber usarla y una, unas o unos modelos haciendo guarrerías delante de ella. Y vale que yo pueda ver algo de porno de vez en cuando, pero no me veo de director/productor de guarreridas, s.l.

Aún así, en último destello de mi maltrecha inteligencia, encontré la respuesta: limpiabotas a domicilio.

Como lo oyen. La pulcritud de mis zapatos es mítica entre cuantos me conocen, es algo así como un don, así que, ¿por qué no sacar provecho crematístico de tan apreciado talento?

Rápidamente me dispuse a hacer el consiguiente plan de negocio que me permitiera buscar socios capitalistas, la financiación adecuada.

Financiación en España… como castidad en un puticlub.

(Continuará…)

martes, 1 de febrero de 2011

Restrepo


Soy poco dado a ver documentales sobre guerras y conflictos de la actualidad.

Casi como todo en esta vida, el que realiza, o dirige, o produce (o lo que sea) el documental suele hacer que vaya impreso con su punto de vista sobre el conflicto.

Si es un activista político (tipo Michael Moore) tratará de hacer que el resultado respalde irrefutablemente sus filiaciones ideológicas.

Si es un periodista (de estos hay miles) tratará de hacerlo descarnada y descorazonadoramente realista, de forma que impacte en la opinión pública con intenciones falsamente moralizantes (lo que les interesa son las audiencias)

Si lo hace un escritor o guionista (de estos también hay a mansalva) tratará de buscar la historia humana detrás de la tragedia, normalmente haciendo que la “trama” gire en torno a civiles indefensos.

Por supuesto, también están los de carácter “oficial” que tratan de justificar los hechos y presentarlos como necesarios a la opinión pública.

Cualquiera de estas formas de enfocar un reportaje es tan válida como cualquiera de las otras, cada uno tiene derecho a contar la historia a su manera.

Sin embargo, y por una vez, he encontrado uno que me ha gustado y que, teniendo una parte de cada uno de los arriba mencionados, no se parece a ninguno en realidad.

Su título es “Restrepo” y ha sido realizado por dos periodistas que estuvieron “empotrados” con una sección de infantería americana en el Valle de Korengal en Afganistán.



Da igual si a usted no le gustan las “historias de la puta mili”, no se deje engañar por el trailer, es muy posible que disfrute de esta película/reportaje que ha ganado, entre otros, el gran premio del jurado en el festival de cine independiente de “Sundance”, sin duda alguna el más prestigioso del mundo.

Los periodistas han acertado en este caso, o al menos esa es mi opinión.

Y se preguntarán ustedes por qué me ha gustado. Bien, digamos que eso me lo reservo para mí, pero no he encontrado manipulación alguna en la hora y media que dura la película. Aunque supongo que esto será también discutible y refutable.

Déjenme que destaque solo un momento de toda la cinta. Reconozco que me hizo gracia, y es que hacía décadas que no oía el “Touch me” de Samantha Fox, (¿cuándo se ha vuelto a poner de moda que yo no me he enterado?), un contraste de humor y compañerismo (comprensiblemente salidorro) en pleno territorio enemigo.



Háganme caso y vean “Restrepo”, les ayudará a entender cómo funcionan las guerras “modernas”