jueves, 17 de diciembre de 2015

2016... o no

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Pues sí, voy a ser descaradamente típico y previsible y voy a desearles a todos ustedes una muy feliz Navidad y un muy próspero año nuevo.

Yo quizás esté más activo en este nuevo año que se aproxima... o no.

Dependerá, entre otras cosas, de si nos dejan celebrar el 2016 tranquilos o se siguen empeñando en que nos tomemos las uvas con el ¡Feliz 1437!

Pero eso es mucho adelantar...

En cualquier caso, que sean ustedes muy felices y se cumplan, en la medida de lo posible, sus deseos más tórridos e inconfesables, que son por los que merece la pena vivir.

viernes, 27 de marzo de 2015

So far, so good... or not that good

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Pudiera parecer que el silencio de las últimas semanas se deba a algún tipo de duelo. No es el caso. En mi casa somos "muy así" para lo de la muerte y es que en lugar de deprimirnos, lamentarnos o autocompadecernos, celebramos la vida del que ya no está. 

Recordamos y sonreimos, incluso reímos, por la suerte de haber conocido al difunto en cuestión.

Es así de simple.

Una actitud ante lo inevitable desde luego nada convencional en esta España plañidera y farisea donde lo que más gusta es lamentar la pérdida de los que, en muchos casos, ya teníamos perdidos en vida. Y a ser posible con mucha fanfarria y con mucho alboroto. Muy mediterráneo.

Claro que los casos a los que habitualmente me enfrento tienen que ver con la enfermedad o con los riesgos fruto de mi oficio.

No es el caso de las 149 familias que ahora tienen que tragarse el sapo de intentar comprender cómo y por qué un hijo de la grandísima puta ha decidido quitarse la vida llevándose la de sus seres queridos por delante.

Eso, si me lo permiten, es más chungo.

En lo mío sabemos que la cosa implica sus riesgos, en el caso de esta pobre gente su riesgo no fue otro que cruzarse con un jodido tarado que debería haberse quedado en su casa viendo porno o escuchando a Marilyn Manson antes de cortarse las venas o el gaznate. O incluso haber acabado con su miserable vida de una manera creativa habiendo hecho todo lo anterior al mismo tiempo.

Seguro que en algún portal de vídeos lo habría publicado, documento muy apropiado para los tiempos que corren.

En fin, siento mucho lo de todas estas pobres personas y sus familiares y amigos.

Con lo bonito que es volar...




lunes, 16 de febrero de 2015

Goodbye gentleman

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Hay veces en que las formas son mucho más importantes que el resultado, en que el fin está escrito pero los medios por escribir, en que uno forja su propia pequeña leyenda a fuerza de ser uno mismo.

Hay personas, pocas y contadas, que son capaces de dar una lección de vida al tiempo que pierden la propia; sin pretender ni aparentar, sin impostar un gesto, solo con la contundencia que su naturalidad transmite, demostrando una personalidad que contagia el apego por la vida y por las ganas de ser feliz.

A principios de mes moría en Madrid mi padre, Francisco, Paco para los amigos, una de las personas más simpáticas y bienhumoradas que he conocido en mi vida. Una persona querida y respetada porque nunca pretendió ser otra cosa que él mismo, e hizo de su sincera personalidad su tarjeta de visita.

Podría decir muchas cosas de él, todas buenas, pero en estos tiempos que corren hay tres que me parecen verdaderamente destacables. 

La primera que fue un hombre honrado, profunda y sinceramente honrado, un tipo con valores y principios para el que el mangoneo, el trapicheo y las mordidas eran no solo un delito, sino una falta de dignidad. Por discreción callo en cuántas ocasiones pudo demostrar esos principios, pero siendo empresario gran parte de su vida, creánme que no fueron pocas.

Fue un hombre amable, siempre natural y siempre cercano, utilizando los registros que el interlocutor demandaba y no los que él entendiera mejores. Su sentido del humor fue proverbial, murió sonriendo y haciendo sonreir, genio y figura...

Y fue un hombre bueno, sincera y llanamente bueno, un señor y un caballero. Con todo lo que ello conlleva y supone.

Se nos fue tras una pelea titánica con la muerte, de tú a tú, sin perderle la cara y sin mostrarle a "la huesuda" otra que la propia. 

Aguantó, luchó y sonrió, sobre todo sonrió, a pesar de los tubos, las máquinas, las alarmas y pitidos, las mil vías, los elctrodos, las constantes visitas de médicos y enfermeros (tan pesados, a veces)... sonrió y le dijo adiós a la vida sonriendo.

Donde quiera que esté, seguro que ya tiene un grupo alrededor disfrutando de su deliciosa forma de contar historias o de su pésima de contar chistes. Haciendo reir y sonreir.

Have a nice trip, dad, and say hello to mom from our side!



martes, 27 de enero de 2015

Parte de guerra... optimista.

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Resistimos.

Le fallan las fuerzas pero aún aguantamos los embates de doña huesuda.


Se queda sin resuello, seguramente perderá, pero al menos recodaremos la brega, la lucha, el tesón y las ganas de no irse de este miserable mundo.

La ciencia le mantiene con vida, un cóctel de fármacos - que no detallo por pura discreción - y una máquina que le ayuda a respirar hacen que aún pueda sonreir cuando le gastan una broma... pero nadie puede vivir eternamente conectado a una máquina, ni siquiera un tipo tan simpático como él.

Sin embargo, hasta el rabo todo es toro y quienes cuidan de él son los mejores en lo suyo. Les conozco.

Prietas las filas, impasible el ademán.

Mientras, y si me permiten el egoismo de hablar de lo mío, me veo invadido por una ola de optimismo. 

Sé lo que hay y, si me apuran, el más que probable resultado, pero no es la recuperación lo que me lo genera, sino el hecho de estar convencido que toda postura que no sea ese optimismo no beneficia a ninguna de las partes.

Si tiene que morir, morirá y le recordaremos con algarabía, y si lo que toca es quedarse en este valle de lágrimas nos alegraremos infinito y le seguiremos concinando sus platos favoritos cada fin de semana. 

Pero sea lo que sea lo vamos a vivir con una jodida sonrisa porque, ¿saben?, nunca en mi vida he tenido tantas ganas de sonreir.

sábado, 10 de enero de 2015

Lo que el nuevo año nos traiga

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Cuando les escribo estas líneas, mi padre Francisco, Paco, se parte la cara con "la parca" en un hospital madrileño.

Esa guerra la tenemos todos perdida de antemano, es el cuándo y el cómo de la derrota lo que marca la diferencia.

No es una pelea nueva, ni es una pelea justa, ni siquiera es una pelea limpia, pero la puta de la guadaña es como es y marca los tiempos de los asaltos.

Éste lleva librándose desde el pasado 30 de diciembre y aunque ha habido que poner la rodilla en la lona un par de veces para recuperar la compostura despues de dos ostias directas al mentón, aquí nadie está dispuesto a tirar la toalla. Saldremos del rin con los brazos en alto o habiendo quemadso hasta la última nave.

Si hay que perder se pierde, pero en mi casa la piel se vende cara.

Con Ana, mi madre, "la huesuda" nos pilló por sorpresa con una escaramuza que nos dejó descolocados, nos sacudió de lleno sin ni siquiera estar preparados para ello.

En este caso te va a costar más llevarse a uno de los nuestros. Zorra. Prietas las filas, impasible el ademán.

Dicho esto, y aún con retraso, les deseo a ustedes un año nuevo lleno de esperanza y resitencia, alegrías y sosiego, descanso y ejercicio.

Sean ustedesd felices, ¡joder!, que tampoco les cuesta tanto si ponen un poco de su parte.