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Hoy tocaba entrada sobre los rusos. Iván, como me gusta llamarles como colectivo.
Pero el accidente del helicóptero de rescate en Fuerteventura -y el más que probable fallecimiento de los cuatro miembros de la tripulación- de un lado, y la muerte de Adolfo Suárez ayer, de otro, hacen que sea más prudente cerrar la boca y guardar silencio.
Guardar silencio y mostrar gratitud a unos y otro por su sacrificio para con nosotros, su patriotismo y su abnegación. Cada uno en su tarea.
Descansen todos ellos en paz.
lunes, 24 de marzo de 2014
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1 comentario:
Sí, descansen en paz, que bien se lo han ganado (y muy especialmente Don Adolfo; que aunque no sea muy diplomático establecer diferencias de méritos en estos casos, yo no puedo evitar resaltar la figura de ese Gran Hombre que fue el Señor Suárez..., un verdadero héroe sin el lustre que dan los uniformes y las medallas, y que tuvo el coraje de enfrentarse a uniformados con medallas, sable y pistola, en una época en la que aún no estaba del todo claro si mandaban las urnas o las pistolas).
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