sábado, 10 de enero de 2015

Lo que el nuevo año nos traiga

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Cuando les escribo estas líneas, mi padre Francisco, Paco, se parte la cara con "la parca" en un hospital madrileño.

Esa guerra la tenemos todos perdida de antemano, es el cuándo y el cómo de la derrota lo que marca la diferencia.

No es una pelea nueva, ni es una pelea justa, ni siquiera es una pelea limpia, pero la puta de la guadaña es como es y marca los tiempos de los asaltos.

Éste lleva librándose desde el pasado 30 de diciembre y aunque ha habido que poner la rodilla en la lona un par de veces para recuperar la compostura despues de dos ostias directas al mentón, aquí nadie está dispuesto a tirar la toalla. Saldremos del rin con los brazos en alto o habiendo quemadso hasta la última nave.

Si hay que perder se pierde, pero en mi casa la piel se vende cara.

Con Ana, mi madre, "la huesuda" nos pilló por sorpresa con una escaramuza que nos dejó descolocados, nos sacudió de lleno sin ni siquiera estar preparados para ello.

En este caso te va a costar más llevarse a uno de los nuestros. Zorra. Prietas las filas, impasible el ademán.

Dicho esto, y aún con retraso, les deseo a ustedes un año nuevo lleno de esperanza y resitencia, alegrías y sosiego, descanso y ejercicio.

Sean ustedesd felices, ¡joder!, que tampoco les cuesta tanto si ponen un poco de su parte.



4 comentarios:

María. dijo...

Hay situaciones en la vida que deberían de venir con manual de instrucciones,Mr. Rocket.
Solo decirle que disfrute de cada ínfimo momento por doloroso que le resulte, y espero de corazón que su padre sea un luchador nato y salga de ésta.

Muchísimo ánimo mi príncipe de hojalata.
Un fortísimo abrazo y un besazo enorme.

P. D.
Que sepa que cuando consiga los doce puntos, no le va a quedar de otra que llevarnos a Cachalote y a una servidora a dar una vuelta con esa tal 'Hipoxia' con la sale últimamente.

NUG dijo...

NUG dijo...
Si. Bien es cierto,que todo está escrito de antemano,igual que cierto es, que nunca nos coge preparados.
Ánimo ,y mucha fuerza para levantarse de los siguientes golpes,que a usted como a todos,la vida nos tiene preparada.

12 de enero de 2015, 10:07

Anónimo dijo...

[…] Todavía zascandileaba por el barrio la onda expansiva reventando los cristales de los escaparates cuando tomé tierra en la acera opuesta, frente al videoclub del señor Boldo y en medio del nutrido público que siempre y de inmediato se congrega allí donde el prójimo se hace daño. Antes de comprobar si estaba en posesión de todas mis partes, gateé de aquí para allá hasta reunir el instrumental disperso y ponerlo a salvo de la rapiña de algún aprovechado; luego me ocupé de mí y por último me interesé por la suerte de mi cuñado, quien, según me informó un vecino solícito, había tenido la chiripa de caer sobre el toldo de la frutería y verdulería de la señora Consuelo, por lo que había resultado ileso, aunque momentáneamente aquejado de sordera, ceguera, parálisis, amnesia y una acuciosa descomposición. Tranquilizado al respecto, lo dejé al cuidado de quienes intentaban reanimarlo y extraer de sus orificios un racimo de plátanos, y corrí a colocar los enseres rescatados en su sitio, es decir, entre los escombros de la peluquería, en cuya fachada, con el mango de un cepillo carbonizado, escribí: OFERTA ESPECIAL 10 % de descuento durante las obras de ampliación y renovación. Tras lo cual busqué y encontré la escoba y el recogedor y con ellos traté de apilar los cascotes, trizas, añicos, pavesas, andrajos y confeti (proveniente de Semana y Diez Minutos) mientras hacía balance de aquel estrago. […]


A veces pienso que solo hay un mal en este mundo, la brevedad en habitarlo. Quizá por ello, a modo de remuneración, sabemos encontrar la mejor forma de salta cada obstáculo, aunque eso es algo que nos cuesta recordar.

Confío que tras recuperar la compostura después de las hostias, también logre reunir el instrumental disperso y ponerlo a salvo con ánimo de escribir su oferta especial cuando, en algún instante, se tropiece con su numen y tenga la deferencia de verterlo este desolado rincón. Y dado que con el paso del tiempo se ha vuelto un espíritu inquieto, sé que volveré a leerle.

cachalote dijo...

Ojalá no fuese así, pero por sus palabras intuyo una situación irreversible.

Mucho ánimo, fuerza y templanza. La vida puede ser muy "cabrona" y afrontar momentos tan dolorosos es muy duro.

Comparto con María el consejo de que disfrute de cada ínfimo momento, por duro que sea. La vida es muy larga, y los pequeños recuerdos quedan, y a la larga, reconfortan.

En fin, sepa que aquí sus lectores, le desean lo mejor, para usted y los suyos.