miércoles, 15 de abril de 2009

"La tarea" (¡Si, leñe, es un cuento!)

Su gruñido fue audible en toda la asamblea de sabios. Yo estuve allí y lo percibí, no lo ví, ni lo escuché, ni lo palpé, ni si quiera lo probé, porque nuestros sentidos, a excepción del olfato, eran absolutamente diferentes a los de los animales que habitan el planeta que tengo ante mi, pero lo capté y de entre toda la multitud de asistentes supe que era él, sin la menor duda.

No era un ser paciente, a decir verdad, y tenía cierta tendencia a la indisciplina y a la falta de higiene, pero nadie podía poner en duda su conocimiento sobre la materia, su absoluta dedicación al estudio del fenómeno en los últimos 4 lustros, su profundo control sobre cada pequeño detalle relacionado con el tema. El más sabio entre los sabios, un genio de lo multidisciplinar, un guarro de campeonato.

Gruñó e hizo callar a todos. A pesar de que, en realidad, su posición jerárquica era la segunda más baja de las 13 posibles, gozaba de gran respeto entre todos los grupos y líneas genéticas. Gruñó, digo, y se hizo el vacío absoluto.

- La veracidad de los datos está fuera de toda duda. Podéis pensar lo que queráis, podemos ir y venir, subir o bajar, ir de un lado para otro, pero eso no cambiará las cosas.

Todos los presentes se cimbrearon ansiosamente en sus sitios como muestra de desasosiego, yendo y viniendo, subiendo y bajando, moviéndose de un lado para otro. El patriarca de la línea genética más pura, tras tranquilizarse, le respondió:

- No tenemos la absoluta certeza de sus afirmaciones, podría estar equivocado, el más mínimo margen de error en sus cálculos y nada de lo que ud. vaticina ocurriría.

- No hay error posible - respondió - los cálculos han sido repasados hasta la extenuación, hasta el agotamiento, hasta la consumición. Lo que digo que ha de ocurrir, ocurrirá.

Una vez más los asistentes comenzaron su contoneamiento, lanzaron gruñidos, alaridos, bufidos, el histerismo se apoderaba de ellos. Se chillaron, se golpearon, fornicaron, cualquier cosa menos estarse quietecitos. Yo, por mi parte, permanecía impasible junto a mis compañeros, como correspondía a nuestro rango y condición.

- Los datos son concluyentes, el planeta UyuYuy se nos viene encima. La colisión real será dentro de 4 años, pero el choque gravitatorio comenzará a ser perceptible en apenas unos meses, un año a lo sumo. Dentro de dos años no quedará un rincón en este planeta que sea habitable para criatura alguna, ni el más ínfimo microbio, nos enfrentamos a un exterminio global y definitivo.

Éramos una especie inquieta, curiosa, aventurera. Toda nuestra tradición estaba jalonada de historias de exploración, colonización, conquista. No éramos una raza nómada, ni tampoco dejábamos de serlo, pero el movimiento era crucial para nosotros. En definitiva, éramos unos jodíos culoinquietos.

- ¿Qué hacer? – gruñían algunos
- ¿Cómo evitarlo? – bufaban otros
- ¡Hueles a culo!– chillaban los demás


- No hay solución posible, nuestra tecnología no es suficientemente avanzada para alterar órbitas planetarias. Esta situación requiere del pensamiento y el sacrifico común para la salvaguarda de nuestra especie. Tengo un plan.

- ¡Sacrificio no! –decían unos
- ¡Sacrificio sí, pero el de éste! – decían otros señalando al de al lado
- ¡Lávate cabrón! – pensaban todos

- Mi plan es simple y efectivo – continuó el hediondo ilustrado – uno de nosotros viajará en el espacio y en el tiempo y repoblará el planeta, éste u otro de similares características y mismo precio de alquiler, fertilizándolo con trillones de nuestros huevos para salvaguarda de nuestras líneas genéticas. No tardaremos más de 5 meses en construir la máquina espacio temporal necesaria para realizar tal hazaña.

- ¡Mágnifico! – decía el de antes
- ¡Sobre todo si soy yo! – decía el de al lado
- ¡Guarro de mierda! – gritaban todos

- Lamento repetir – continuó – que sólo el más preparado, el de mayor fuerza y fiereza, el que tenga la línea genética más pura entre las puras, el de belleza incomparable e inteligencia superlativa será aquel que nos represente ante futuras generaciones, el transmisor de nuestro legado, el testaferro de nuestro conocimiento. El proceso de selección ha de ser riguroso, científico, desapasionado, con criterio, medido, racional, llevará tiempo y será duro. Veamos, por ejemplo, aquel normalito que está entre el gordito y el flacucho alto. ¡Enhorabuena, eres el elegido!

Y dicho esto el sucio profesor apuntó uno de sus 43 pedúnculos hacia mi válvula de drenaje en señal inequívoca de que se dirigía a mi.

- ¡Hay que joderse! –dijo el compañero que se mantenía hierático a mi derecha- para un día que me arreglo, me hago la pedunculocura, me pongo ácido en las glándulas y la membrana de gala y sólo se fijan en que soy alto y delgado. Para que veas que aunque la lñmz se vista de seda, lñmz se queda, ni manuales de autoayuda ni nada.

Y así es como fui elegido para “la tarea”.

Los preparativos duraron diez meses. Diez meses de arduo trabajo y preparación en los que no hice otra cosa que aburrirme como una ñrsqz metido en una urna aséptica con 13 trillones de huevos.

Por fin llegó el día, tras los agasajos de rigor y los insufribles discursos de patriarcas, alfiles, sabios y concejales de urbanismo, se produjo el lanzamiento.

Para mi extinta especie habrían transcurrido 4.000 millones de órbitas alrededor de nuestra estrella, para mi sólo han transcurrido 5 minutos. No me he desplazado de la órbita, no me he movido ni un centímetro del punto espacio en el que estacioné la nave, sólo he viajado en el tiempo. Lo que debería estar contemplando son los restos de mi planeta hecho pedazos hace eones. Sin embargo, lo que veo es un planeta con una mugrienta luna grisácea. El mundo está lleno de millones de criaturas a cual más fea. Hay unos, que parecen creer tener cierta inteligencia, que se desplazan erguidos sobre dos únicos pedúnculos y tiene otros dos en la parte superior de su asqueroso cuerpo. La mitad de ellos tienen, además, un quinto pedúnculo de variable tamaño y grosor entre los dos grandes pedúnculos inferiores. En una palabra: repugnante. Creo que llaman al planeta “tierra”.

Por cierto, no me he presentado, mi nombre es Mñd, y estoy a punto de aterrizar para esparcir los trillones de huevos de todas las especies de mi planeta en este planetucho de tres al cuarto, que parece estar en el mismo sitio que el mío, pero que no se parece en nada. ¿raro, no?

La teoría más plausible sobre la formación de la luna es que un planeta del tamaño de Marte chocó contra la tierra primigenia hace, aproximadamente, 4.000 millones de años. Nada sabemos, ni podremos jamás saber de esa “tierra” previa, aunque la gran mayoría de la comunidad científica considera que era aún un protoplaneta en fase de formación. Sin embargo, algunos astrofísicos afirman que podría haber transcurrido suficiente tiempo desde la formación del sistema solar como para que hubiera sido posible la generación de vida, quizás vida superior, acaso incluso inteligente… ¿ud. que opina?

4 comentarios:

Andres Calamaross dijo...

Rocket, cuento un tanto extraño hasta que descubres el significado y vuelves a leerlo, me ha costado lo reconozco, pero lo he conseguido. Sólo una apreciación, yo pensaba que Uyuyuy era uno de los pájaros de Mñd, que tenía los huevos muy muy grandes y las patas muy muy pequeñas, y justo antes de aterrizar.........

Rocket dijo...

Andresito, Andresito... ya te ha dicho mamá en unas cuantas ocasiones que no hay que fiarse de las primeras apariencias.

Disney te dijo que la belleza está en el interior y en la oficina que los informes hay que leerlos un par de veces... y además esa falta de fé, ¡por favor!, Impropio de tí.

En cuanto al Uyuyuy, si, pura coincidencia. De hecho Alfonso Ussía, en su "Manual del ecologista coñazo", ya hablaba del Uyuyuy...

Saludos,
Rocket

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Discrepo en la teoría sobre el origen de la Luna. Ignoro cuáles son sus erróneas fuentes, pero todo el mundo bien informado sabe que la Luna está hecha de queso: Información fidedigna. ¿Habrá una segunda parte para contar que va a pasar con esos trece trillones de huevos?

La publicista dijo...

pues a mí me ha parecido muy gracioso. Me he reído mucho jajajaja sobre todo con los precios del alquiler y los concejales de urbanismo... hay cosas que nunca cambian eh :p

El origen de la luna... nunca me he planteado esta cuestión. Eso de que está hecha de queso podría explicar mi teoría de que Armstrong nunca estuvo allí!!!

Hmmm... Por cierto, al margen de las teorías lunáticas, me gustaría hablar contigo sobre las posibles direcciones donde podría mandar mis cajas :)