Hace ya muchos años. Tanto que me ha hecho falta un click y, por casualidad, oir "el novio de la muerte" en youtube para acordarme. Pero nunca se me va a olvidar.
Era 14 de julio y estabamos en París. La embajada española hacía un pequeño homenaje al país anfitrión en su "día grande", sin embargo, los invitados eran, con perdón, de medio pelo, pero, ¡claro!, era el 14 de julio y estaban en la embajada española... no podemos pedirle peras a un olmo.
Entre virutilla de jamón y virutilla de jamón, me encuentro a un legionario tan despistado como yo que procuraba, como yo, incordiar lo menos posible. Es decir "cervecita y paso atrás" y jamón cuando el camarero (mal tipo) le salía de los... de ahí, acercarse por nuestra zona.
El asunto era "trajinar" el evento lo antes posible. Ya que teníamos que estar, al menos que fuera "un dulce castigo", pero rápido.
Hablo con el "lejía" largo y tendido. Hay química. Está quemado del destino, pero para él, y para su carrera, es muy bueno estar fuera de España. Para él, para su mujer, para sus hijas y, sobre todo, para su cuenta corriente. Da igual. Francia como si fuera Somalia.
Se nos acerca un capitán del ejército del aire francés. Tipo simpático y tan jodido como nosotros por tener que estar allí. Habla un español correcto, aún así hablamos en inglés para no fastidiar... y suena la Marsellesa.
Créame el lector lo que cuento a continuación.
Jamás en la historia de Francia ha habido un "firmes" como el de aquel legionario... ni lo ha habido ni lo habrá. Eso fue una lección de protocolo en toda regla.
Suena la Marsellesa, digo, y mi amigo legionario se cuadra "de romper la espalda", "busca a Dios con la mirada", su cuerpo está absolutamente tenso, imposible explicar con palabras. Tan firme como sólo un legionario español puede estar.
El capitán francés canta su himno con devoción, pero no puede evitar mirar de reojo al legionario. Y el himno acaba...
Puedo jurar que el capitán francés lo primero que hace después de acabar el himno es cuadrarse delante del legionario y, de manera solemne y sentida, darle las gracias. Rocket lo entiende, pero se parte... pero eso no es todo.
El "lejía" dice que un himno es un himno y que, a pesar de los pesares y de nuestra historia común, toda le gente que ha muerto por ese himno merece el respeto que su "firmes" nunca podría demostrar, y que sólo trata de expresar, de manera humilde, el respeto que el pueblo español siente por el francés.
¡Acabáramos!
Se monta la que se monta. El capitán francés llama a uno, que llama a otro que, a su vez, llama a un tercero... la fiesta termina estando alrededor del legionario y el capitán francés que está rendido a sus pies. El "lejía" descolocado, yo me parto de risa pero orgulloso, y el capitán francés diciendo (con razón) que jamás ha visto tanto respeto como en aquel gesto tan sencillo...
Acabamos tres horas después cantando, siempre con el respeto que un legionario exige para ese menester, el "novio de la muerte" a todo pulmón y conste que a falta de camaradas y tras constatar que me la sabía ,el "lejía" me hizo el honor de darme permiso para cantarla con él... con un público, emocionado, de más de 50 personas que hubieran dado, ese 14 de julio en París, un brazo por ser españoles...
Y es que, señoras y caballeros, hablamos de un cuerpo que tiene un himno "oficioso" que es una bellísima historia de amor...
Manuel, hacía tiempo que no me acordaba pero... ¡que orgulloso estaré de ti toda mi vida!
Vale quien sirve
domingo, 2 de mayo de 2010
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5 comentarios:
Ay, estos lejías, que vayan a donde vayan dejan huella. Hace tiempo también yo yo expresé el cariño que les tengo , y en otra entrada anterior decía: "Por otra parte debo confesar que el famoso "Novio de la muerte" me pone los pelos de punta y que me parece una gran historia de amor y dolor relatada muy poéticamente".
Hablando ahora de los militares franceses, una cosa que sorprendió gratamente de ellos es lo extremadamente educados y agradecidos que son. Guardo un recuerdo afectuoso de sus caballerosos modales y de su profesionalidad (aunque cometieran el error de invadirnos hace dos siglos; y espero que ellos también nos hayan perdonado la humillante derrota, juas, juas).
Viva la legión!
Tu fiel seguidor.
Ainss, Rocket!!!
Ahora sí que te tuteo. Imagino que sabrás gracias a quién he aterrizado aquí (y la verdad es que he tardado mucho tiempo, dicho sea de paso).
Mi madre nos cantaba esta canción, junto con muchas otras marchas militares.
Es lo que tiene ser hija de una hija de un Teniente de las Fuerzas Aéreas: que quieras o no, siempre guardo un trocito de amor en el corazón para con todos vosotros.
Un SoSo.
Estimada Pajeú,
Me pregunto a qué responderá ese sonoro alias o nick o como quiera usted llamarlo...
"Alceemos el vueelo sobre el alto cieelo..."
Bonito himno, si señora, teñido de azul.
Y comparto con usted lo del trocito de corazón, pero he de advertirla que quizás yo no sea militar, o sí pero a medias, o lo fui pero ya no, o nunca lo he sido, o acaso lo seré, o tal vez lo soy.
Como reza la declaración de intenciones en mi perfil, ¿es eso realmente importante?
Yo creo que no.
Pero ya que se ha dado usted una vueltecita por aquí, cosa que agradezco extraordinariamente, espero que repita de tiempo en tiempo.
Saludos,
Rocket
Estimado Rocket:
Cierto es que realmente la profesión de cada uno, a mí particularmente, me importa bien poco.
Cierto también, que quizá debía haber utilizado "ellos" y no "nosotros", pero ya se sabe... el ardor del momento.
Respecto a mi nick, indicarle que la palabra es oriunda "Do Brasil".
Considero interesante comentarle, a este respecto, que la pronunciación de la letra "J", tiene un sonido fricativo, palatal y sonoro, similar a la "G" de la palabra inglesa "visage".
Y ahora, conocido este aspecto de mi nombre, pronuncie conmigo: "Pajeú", "Pajeú", "Pajeú"....
¿A que ahora suena mucho mejor?.
Un SoSo.
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