lunes, 12 de septiembre de 2011

Sabias enseñanzas

 

Inauguro una nueva categoría de entradas en las que compartiré con mis amables lectores pequeñas píldoras de sabiduría que algunas personas con las que me he encontrado en mi vida han tenido a bien compartir con un servidor.

Como casi siempre en este misérrimo blog, es posible que algunas o todas sean falsas, que sean parcialmente falsas, completamente auténticas, o todo lo contrario.

Tampoco pretenderán ustedes que comparta nombres o datos que conduzcan a identificar a los autores de esas impagables enseñanzas, o las circunstancias en las que se produjeron, si no es mi deseo hacerlo.

Todo seguirá siendo razonablemente anónimo que es como tiene que ser.

Arrancamos en 1988 con una de las más íntimamente ligadas a mi persona.

Es la mía una familia muy tradicional. Sospecho que esta afirmación no sorprenderá a algunos de mis lectores, pero es que es cierto.

Así, la mayoría de edad en un varón (también en una dama, pero esa es otra historia) suponía un acontecimiento de cierta relevancia. El pequeño Rocketito pasaba a ser considerado Rocket, y aunque aún le podían caer algunos capones lo normal es que las relaciones padres – hijo (padre en realidad, pero esa es también otra historia) pasasen a otro nivel de confianza e intimidad.

El día de mi 18 cumpleaños la comida fue doblemente especial, primero porque como cada cumpleaños el homenajeado elegía menú, nada extraño hasta el momento, y segundo porque en este caso, al haber alcanzado ya la mayoría de edad, podía por primera vez optar a determinados privilegios, exclusivos hasta entonces de los adultos.

Pude hablar siempre que quise (cosa que, no nos engañemos hacía años que así era), pude fumar en presencia de mis padres, (mi padre me ofreció un cigarro como si llevara toda la vida haciéndolo) y, por supuesto, pude comer con vino y tomarme un copazo en la tertulia posterior a la comida.

En realidad todo era una escenificación ya que yo ya me había tomado por entonces alguna que otra copa, me había fumado algún que otro paquete y había terciado en más de una conversación; pero ese día todo estuvo adornado por una aire de solemnidad y circunstancia que me hacía sentir como Sir Winston Churchill el día del armisticio.

Sin embargo el destino me deparaba una sorpresa mayúscula.

Cuando los licores estuvieron servidos, mi padre me invitó a continuar nuestra copa en el saloncito, cerró tras de sí las puertas correderas que separaban éste del salón principal, me invitó a tomar asiento en uno de los cómodos sillones y mirándome fijamente y con mucha ceremonia se dispuso a confiarme algo parecido a un secreto familiar:

"Las tres normas de los Launcher en el trato con las mujeres"

El anuncio me pilló tan de sorpresa que tardé un rato en reparar que tenía la boca más abierta que un besugo en tierra firme, pero no osé interrumpir ese sagrado momento de confidencia ancestral.

“Desde que el mundo es mundo y los Launcher, Launcher, nos hemos guiado por tres normas de comportamiento con las mujeres que seguimos durante toda nuestra vida y que trasmitimos a nuestros herederos el día que cumplen la mayoría de edad. Presta, por tanto, atención hijo porque estos sabios consejos son la base de nuestra herencia y tú tendrás que transmitirlos a su vez a tus descendientes”

1er consejo:

“Nuestros genes son valiosos y somos caballeros. Así pues si hay embarazo puede no haber boda, pero hay apellido. Ningún Launcher desnombrado hay por el mundo, todos llevan el apellido que les corresponde. No vamos tirando nuestro apellido por el fango con arregluchos de primos y parientes, ni con excusas de tres al cuarto. Si tienes un hijo, cualquiera que sea la circunstancia de su concepción, llevará nuestro apellido”

2º consejo:

“La señora que se mete con nosotros en la cama se lo pasa bien. Y si no es por A, pues que sea por Z. Ninguna norma hay sobre los métodos a emplear, y aunque yo soy partidario de no innovar mucho en ese sentido, eres libre de actuar como te plazca. Ninguna señora se ha levantado de nuestro lecho sin haber pasado un buen rato, lo consideramos una falta de educación”

3er consejo:

“Somos caballeros, no truhanes, para lo del anterior consejo, y a no ser que las circunstancias y el sentido común impongan lo contrario, siempre, ¡por Dios!, siempre sin calcetines”

“Espero que memorices y transmitas estas tres sencillas normas. ¿alguna pregunta?”

Balbuceé un escueto “no” mientras empujaba mi mandíbula hacia arriba, y el resto de la conversación discurrió por derroteros que nada tenían que ver con dichas normas.

Nunca he vuelto a hablar de estas normas con mi padre, pero pueden ustedes dar por seguro que si algún día tengo un hijo, y vivo lo suficiente para ver su mayoría de edad, se las transmitiré con la misma pompa y boato con la que el bueno de mi padre me las incrustó en el cerebelo por sorpresa.

¿No harían ustedes lo mismo?

Lo malo es que nunca me explicaron que se hacía con las féminas, y no tengo intención de preguntarle a mi hermana… supongo que de eso se encargaban las madres.

Ni idea.

12 comentarios:

Tirofijo dijo...

El mejor consejo que me dió mi padre fue: "hijo, nunca des consejos a nadie, pues si al aconsejado no le funciona, te puede buscar la ruina".

Rocket dijo...

Estimado Tirofijo,

De lo cual podemos inferir dos cosas, que su padre de usted es también un hombre cabal (y listo como los ratones coloraos, porque el propio mensaje es contrdictorio)

Y que usted y yo no somos hermanos.

Si bien puse consejos, creo que la palabra apropiada sería normas.


Saludos,
Rocket

Tirofijo dijo...

Apreciado Rocket;

Que no soy Launcher, de los Launcher de toda la vida, lo tengo más que claro. Nuestro único parentesco es el de escribir empleando el mismo idioma, jejejje.

A lo contradictorio que pudo resultar mi progenitor, pues sí, de hecho en su momento aquello derivó en una conversación de filosofía metafísica y existencialismo como jamás volveré a tener con ningún ser humano.

Y sin querer resultar pedante, diré que tengo un padre que no me merezco. Él sí que se merecía tener un mejor hijo.

Un saludo.

GS2008 dijo...

Apreciado Rocket:

He vuelto por estos lares tras dos semanas de desconexión con el mundo mundial, salvo la ración diaria de Top Gear (no se puede ser perfecto...) y tras este paréntesis me encuentro con un tema que ha dado y dará, más de un quebradero de cabeza a los que hemos elegido esa profesión que nunca se abandona mientras haya hijos, ser padres.

En mi caso no hubo ni comentarios ni ceremonia ni ná de ná, los primeros escarceos de nenes, las clases de educación sexual en el cole, esa curiosidad saciada en algún libro de la biblioteca y poco más, aprendía por el metodo de prueba y ¡guantazo! o no...

Más tarde colaboré en la concepción de dos peques y su señora madre, apoyada en la legislación vigente, evitó que pudiera ejercer de padre en ese maravilloso momento en el que un niño te pregunta, con toda la inocencia del mundo:

¿papá, de donde vienen los niños?

Hasta otra.

Rocket dijo...

Estimado Tirofijo,

Un padre que no se merece, una mujer que no se merece. Oiga, ¿no estará usted siendo un poco duro consigo mismo?, porque algo tendrá el agua cuando la bendicen, vamos digo yo.

Y nosotros no somos de los Launcher de toda la vida, somos de los Launcher de siempre, que es mucho más molón y mucho más antiguo.

Estimado GS2008,

Lo suyo es, con perdón, un putadón. Pero no desespere, tengo amigos en las mismas circunstancias que no solo mantienen la normal relación con sus peques (dentro de las limitaciones que los acuerdos y las injustas leyes imponen), sino que hay cosas que un chaval nunca va a preguntar a su madre, por muy abierta y moderna que ésta sea.

Tranquilo, le preguntarán eso y muchas otras cosas.

En cualquier caso, llamos su atención sobre el hecho que la charla con mi padre no fue sobre las "abejitas y las flores", a los 18 ya andaba yo bastante espabilado.

Saludos,
Rocket

Tirofijo dijo...

Pues nada amigo Rocket de los Launcher de siempre, de los Launcher de siempre pues (jjejjejeje).

Y tiene razón, siempre me he tenido en poca estima, y la verdad que no sé porqué... en fin, que le vamos a hacer.

Un saludo (y gracias por lo del agua bendita).

María. dijo...

Mr. Rocket:
Yo como fémina aportaré que mis padres jamás se sentaron a darme consejos/normas del tipo como los que su padre de ud. le dió, y válgame dios que no lo hicieran xD.
Aunque mi madre si que me confió algún que otro secretillo familiar usado entre las mujeres de nuestra familia (que por ser secretos no contaré), y por su parte mi padre siempre usaba la misma premisa para todo, toda acción tiene una reacción y por tanto una repercusión, o lo que era lo mismo, yo era dueña de mis actos y por tanto debería de asumir sus consecuencias.

Aunque en temas relacionados con sexo, era más comedido, y he de decir que mientras que a mi hermano lo felicitaba por sus conquistas,(tal vez guiado por algún extraño ritual entre machos xD), conmigo sacaba su vena paterno-protectora y eso de que le viniesen a mear a la puerta de casa no le gustaba un pelo, entonces era cuando soltaba perlas del tipo:

-Novios en casa, nada de nada, hasta el día antes de la boda.
-Bombos, ni se te ocurra, con el de la lavadora, ya estamos más que sobrados.
Ó… -Me parece bien que riegues el jardín, pero ojito, con abonarle más de la cuenta.

Y claro, todo ello, recordándole a mi acompañante que recordase que la escopeta estaba siempre cargada detrás de la puerta.

Aunque al final, todo se quedaba en mucho ruido y pocas nueces.

Saludos.

Rocket dijo...

Estimada María,

Hombreeeeeeee, usted por aquí, ¡cuánto honor!

Con respecto a su respuesta... mmmm, interesante comportamiento el de su progenitor.

Digamos que con un toque de permisividad aderezado con delegación de responasbilidad y dejando de postre la escopeta cargada para ¿lavar el mancillado honor?, ¿convencer de contraer nupcias?, ¿invitar al interfecto a practicar el tiro al plato?

En cualquier caso conté la famosa anécdota porque las normas, con el paso del tiempo, se me antojaron bastantes modernas para la época y circunstancias. Eso, por ejemplo, del disfrute femenino no era materia obligatoria décadas atrás.

Y lo de hacerse cargo de criaturas no deseadas en la época en la que no había análisis de ADN y sí mucha probabilidad de salir indemne del lance...

Lo de los calcetines, reconózcamelo, es no solo un detalle de buen gusto, sino una genialidad "cuchuflética" cercana al esperpento.

Sin embargo, y olvidé comentarlo en la entrada, años después en una serie sobre pilotos de la RAF en la Segunda Guerra Mundial llamada "Piece of Cake" (creo que en España se llamó "Pan comido"), un oficial instructor daba exactamente el mismo consejo a sus pupilos.

Por lo que se ve la norma no era propiedad exclusiva de los Launcher de siempre... o nos copiaron vilmente nuestras elegantes maneras de proceder en el catre.

Claro que tratándose los copiotas de súbitos de la Pérfida, esto último no me sorprendería.

Saludos,
Rocket

P.D.
Lo del jardín, el riego y el abono... estooo, como que no lo pillo. Porque oiga, cada uno es muy libre, pero ¡abono!, ¡por amor de Dios Srta. María!, ¡con qué gentuza se ha mezclado usted!

María. dijo...

Mr Rocket:

Tal vez por esa delegación de responsabilidad que me inculcó mi padre, nunca ha habido que lavar ningún honor, lo de contraer nupcias, aunque le ha costado comprenderlo al final no le ha quedado de otra que resignarse, sabe que jamás me llevará del brazo hacia el altar ( la iglesia y yo no es que seamos muy amigas), y mire, en lo del tiro al plato igual algún que otro truquillo si que les ha enseñado.

Con respecto a sus normas:

Lo del disfrute femenino, debería ser materia obligatoria xD, y venir impreso en el libro de familia para ser pasada de padres a hijos, por favor! que menos que ya de hacerlo hacer algo bien, no?

Con lo del reconocimiento de hijos, es un gesto que honra a su padre por habérselo inculcado, mi abuela siempre decía: “ Madre solo hay una, padre lo es cualquiera, y que lo reconozcan, solo unos pocos”.

Aunque me pica la curiosite, hay muchos “Launcher de los de siempre” reconocidos por el mundo??? Jajaja.

Lo de los calcetines, Of Course!!!! …Por el amor de Dios!!!…Pero Ud. cree que habrá alguien que aún lo haga con ellos puestos??.. Porque yo creo que eso no se ha llevado ni en los tiempos de Maricastaña, jajaja

Con respecto a los de la Pérfida Albión, una vez ya puestos a copiar también les podían haber copiado que:
“” De día y con sandalias ¡¡¡ Calcetines, NIET, NIET NIET!!! (que diría Ud.) xD “”


P.D:
Jajajaja!!

Que es que soy de pueblu, Mr Rocket!!.... E imaginese que si un día tocaba en el pajar, otro en el gallinero,que si con los chones otro día con las vacas, que le voy a contar, que había que hacerlo donde cuadraba jajajajaja!!

No ahora en serio jajajaja, era una de tantas metáforas que usa mi padre de advertencia para que no me quedase embarazada.


Saludos.

Rocket dijo...

Estiamda María,

1. Que sepa que así no va a ir usted directa al cielo y es muy posible que se pase 14.000 ó 15.000 añitos en el purgatorio, calculo yo.

2. Yo soy muy mío para mis cositas, así que o muchíiiiiiisimo me equivoco o no hay Launcher Jr. por el mundo que sea crne de micarne.

3.Espero que su padre de usted no lea mi blog, porque a pesar de la delegación de responsabilidades no creo que le gustara saber los sitios donde usted... bueno, ya me entiende.

4. A colación del punto anterior he de decir que me ha sorprendido la variedad de ubicaciones y estancias donde usted parece haber mantenido relaciones. ¡Jesús que activa es usted!

5. La metáfora era obvia, pero me encanta tirarle a usted de la lengua, entra usted al trapo con una agilidad y bravura verdaderamente envidiables ;-)

6. Las sandalias es una guerra perdida de antemano, que se jodan por horteras, en el pecado llevan la penitencia.

Saludos,
Rocket

María. dijo...

Mr. Rocket:


1. ¿Qué es eso del ‘Purgatorio’?..Algún lugar donde te ponen purgas??...Qué intenta decirme Mr. Rocket, que para poder subir al cielo, tengo que irme por la pata abajo??...Pero hombre de dios!!, que eso no debe ser ni saludable, además que a partir de 10 €, Ryanair te lleva en un pis- pas.

2. ¿Y a qué espera alma de cántaro?...que como lo deje mucho a este paso sus bichitos van a tener que ir en silla de ruedas, si es que no van ya :D


3. A estas alturas mi padre está curado de espantos, así que nada lo sorprendería ya.

4. Pero en cambio ud. es un poco raro ehh, se sorprende por todo. Además ya me lo decía mi abuelo, Mari disfruta todo lo que puedas, que esto es la única cosa que no te quita el médico, sino que se va solo. Así que a palabras sabias, polvo que te crió. xDD


5. Aiiiinnnsss, mi príncipe de hojalata, mire que llegue a dudarlo; si es que Ud. era tonto de verdad o es que se lo hacía. :-P



Saludos.

Rocket dijo...

Estimada y pecadorísma María,

Un poco de todo, querida, un poco de todo.

Saludos,
Rocket