jueves, 17 de marzo de 2011

El retorno de los Samurai


Mientras escribo estas líneas, unos cuantos tipos de pelo oscuro, corta estatura y ojos rasgados enfundados en sus trajes NBQ se afanan por evitar una tragedia.

Quizás se habrán presentado voluntarios o tal vez les haya “tocado” en suerte ir. Quién sabe si han bebido un poco de saque tras del briefing del vuelo o antes de subirse al camión o solo han llamado a sus familias para “hablar un rato”.

Pero seguro que nadie se ha quejado de la falta de uniformidad cuando haya visto que más de uno llevaba puesto el Hachimaki con el sol naciente y los nombres de sus hijos, o de su mujer, o de sus padres o abuelos escritos a ambos lados del círculo rojo. Tal vez otro lleve la palabra valor, o constancia, o arrojo, o… sayonara.

Tampoco nadie protestará si se han enganchado en un improvisado ceñidor su Tanto.

Seguro que han pronunciado Hiroshima y Nagasaki en las últimas 72 horas, y que han recordado a Anatoly Grishchenko, aquel piloto soviético medio loco que se jugó el tipo (y lo perdió) en un helo blindado de plomo para dejar caer hormigón en el descubierto núcleo de una central nuclear que era el claro ejemplo de lo que significa la expresión “una mierda pinchada en un palo”.

Gracias al bueno de Anatoly se salvaron miles de vidas. De no haber intervenido el desastre hubiera sido incluso peor de lo que fue.

Y mientras nosotros tratamos de mantenernos enterados de lo que ocurre gracias a las muy desactualizadas y equívocas noticias de los periódicos online y al correo electrónico, ellos bregan contra una amenaza que no duele, no suena, no huele y no se ve, pero que mata como ninguna.

Apuesto con ustedes lo que quieran a que se portarán como deben y harán lo que tienen que hacer sin quejas, ni críticas, ni miramientos. Cumplirán hasta el final porque la disciplina y la obediencia están tan amarradas a sus genes como la improvisación y la creatividad a los nuestros. Por eso y porque el sacrificio y el esfuerzo todavía son virtudes reconocidas en su sociedad.

Mucha suerte mis queridos Samurais.

9 comentarios:

Tirofijo dijo...

Hermosas palabras Rocket, nada que añada podría conmover más al respetable... salvo recordar a quien lo sepa e informar al que lo desconozca que en la B.A. de Armilla (Granada), sede del Ala 78, en una de las calles de la base existe un monolito con una placa que reza: "Anatoly Grishchenko, piloto de helicópteros, héroe de Chernobil".

Les deseo la mejor de las suertes a los Samurais.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Vale sigo tu blog... pero como no sé el grado de conocimiento que tienes sobre este mundillo de blog... y soy tramposilla como te he dicho pero no mala... te diré que he dejado un comentario tal como soy, je, je... en uno de los blos que tú dices seguir... ¡? lo encontré!
Mira... más ya es decir todo.
Una entrada picante!!! Me sigue gustando!!!
Saludos!!

Anónimo dijo...

Vale sigo tu blog... pero como no sé el grado de conocimiento que tienes sobre este mundillo de blog... y soy tramposilla como te he dicho pero no mala... te diré que he dejado un comentario tal como soy, je, je... en uno de los blos que tú dices seguir... ¡? lo encontré!
Mira... más ya es decir todo.
Una entrada picante!!! Me sigue gustando!!!
Saludos!!

Anónimo dijo...

Eso si que es echarle un par de huevos al tema!
Aunque van a necesitar algo más que suerte...

POr cierto, no viene al caso pero leyendo esto me acordé de ti

http://losquevamoscontracorriente.blogspot.com/2011/03/mujeres-piloto-en-espana.html

Besos, Ra

Anónimo dijo...

http://losquevamoscontracorriente.blogspot.com/2011/03/mujeres-piloto-en-espana.html

Creo que no se ha copiado bien...

Anónimo dijo...

Mierda!, no sé por qué no sale el link completo, pero bueno como lo recibirás en tu correo, seguro que ahí te sale bien.

Anda!, otro besoooo, Ra

Rocket dijo...

Estimada y divina Ra.,

En fín, no es que sea importante, pero en esas fotos Rosa sale poco favorecida.

Además de ella tenemos a Rocío y Natalia dando "guerra"

Uno más en sus escuadrones.

Saludos,
Rocket

El soldadito de plomo dijo...

Es que...¡cómo no me van a caer bien esos pequeños japos!:

¿Se puede imaginar un gesto así en entre la bendita casta política de nuestra querida España?

Qué envidia...

Rocket dijo...

Estimado ¿Soldadito? (no será usted Leónidas con careta, ¿verdad?),

Igualito que en España.

Saludos,
Rocket